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Espectáculos

Job Mansilla, comediante de stand-up: “Siento que el humor se ha quedado sin evolucionar en la televisión”

El actor y comediante de stand-up Job Mansilla comenta sobre el tipo de humor que existe en el Perú tras los últimos escándalos de “Hablando Huevadas” y “Complétala”.

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"Está bueno que el público exija a un comediante y que el diálogo se aleje de la violencia", expresó Job Mansilla tras las recientes polémicas de "Hablando huevadas". Foto: Composición GLR

Se enamoró de la comicidad cuando estudiaba ingeniería en la universidad al ver un show de Chris Rock. Sí, el comediante que recibió una bofetada por Will Smith. El mundo de Job Mansilla no tenía ninguna relación al arte; sin embargo, fue a partir de ese momento que sintió cuál era su verdadera vocación y comenzó a buscar, a los 22 años, talleres en Lima.

“Me gustó lo que hacía. Me parecía distinto a la comedia en Perú, que era contar chistes más como relato, como ‘había una vez’ o ‘fue un pata a un bar’. Chris Rock hablaba de él mismo, de lo que le pasaba”, recuerda Job Mansilla.

Ya ha pasado más de una década desde ese flechazo y ahora logra sold outs para presentar sus monólogos como “Amor afrodisíaco” y “No eres tú, soy Job”, en los cuales no teme hablar sobre temas como el feminismo o derribar prejuicios sobre las personas con discapacidad. Además, también es actor y ha participado en la película “Encintados”, que será estrenada el 26 de mayo.

En una entrevista para La República, el actor, comediante y director de la asociación cultural Ovejas Negras, Job Mansilla, nos habla de cómo fueron sus inicios en este arte, las barreras que faltan derribar en el rubro, la reciente polémica con “Hablando huevadas” y “Complétala”, y qué es lo que busca lograr con su trabajo.

La comicidad en el Perú

— ¿Cuáles fueron tus influencias, al ver que en el país lo que rige es la chabacanería, la parodia grotesca?

Cuando era pequeño, con mi familia veíamos programas humorísticos. Recuerdo que me hacía reír mucho Kike Suero, las imitaciones de Fernando Armas también, y Jorge Benavides. Después me alejé de la televisión peruana.

Cuando empecé a ver stand-up (2011) solo era con personas del extranjero porque no había tantos referentes nacionales; eran muy cercanos, dos años, cuatro años en el rubro. En ese momento, mi profesor era Ricardo Mendoza. Crecí con Giancarlo Manrique ‘El Tobi’. Por ahí sonaba mucho el Club de la Comedia.

Es difícil encontrar referentes, particularmente en la forma que me gusta la comedia aquí, porque no hay mucho de eso. Siento que el humor se ha quedado sin evolucionar mucho más en la televisión. Creo que la TV tiene un modelo de negocio que depende de la publicidad. Si los auspiciadores están controlando mi contenido, no me dan la libertad que necesito para criticar, darle otra mirada a cómo va la sociedad.

— Abordas temas en tus monólogos de stand-up que aún resultan “polémicos” para algunos, como el feminismo

Considero que le tienen mucho miedo al feminismo, no solo la sociedad, sino los hombres. No quieren hablar nada de eso, pero a mí me parece que si tú eres una persona que se informa, que respeta la opinión de otras personas, puedes comunicarte tranquilamente. Por eso, no tengo miedo porque me informo antes de hablar.

Lo más interesante de la comedia es que plantea temas difíciles de traer a la mesa, pero con humor la gente baja la guardia y tiene más apertura de estos temas.

— ¿Qué hace reír a los peruanos?

Creo que es una pregunta que aún falta contestar, porque cuando uno piensa qué es lo que hace reír a los peruanos inconscientemente lo llevamos a qué hace reír a los limeños, porque la mayoría de contenido de comedia es limeña hecha por gente limeña.

Ahora que estoy estudiando quechua, me da mucha curiosidad escuchar un chiste en esa lengua. ¿De qué se ríen las personas en la selva, en la sierra, en el norte? He viajado muchísimo por el Perú y el humor, por ejemplo, de la gente del norte es muy veloz; en toda la costa del norte siento que hay mucha ‘chacota’ rápida. En cambio, en el sur, la gente es más calmada, se da más tiempo para construir. Creo que es muy diverso. Como la identidad peruana no está bien definida, el humor tampoco.

El uso de poblaciones vulnerables para hacer reír

— ¿Por qué se hacen ‘bromas’ sobre la imagen del migrante, de las personas trans, sexualización de las mujeres, personas afrodescendientes o personas con discapacidad?

(La sociedad) le tiene mucho miedo a la otredad, al desconocido, al diferente. Es algo que ha funcionado, cuando era más pequeño, cuando nadie hablaba de esto. Todos nos reíamos porque es lo que nos enseñaron. Mis tíos se reían de las personas gays. Hasta que empiezas a tener contacto con las personas de la comunidad y te das cuenta de que no la pasan tan bien como tú piensas. Es parte de evolucionar cuando abres tu círculo.

Cada sociedad, cada grupo de personas que opina de una manera, tiene un representante en la comedia de stand-up. Eso es lo que falta aquí: diversidad en la gente que tiene la voz en la comedia. Cuando comienzas a ver los afiches de stand-up locales, ves que en el grupo son diez comediantes, de los cuales nueve son hombres y una es una chica.

"Cuando uno piensa qué es lo que hace reír a los peruanos, inconscientemente lo llevamos a qué hace reír a los limeños", comenta Job Mansilla. Foto: Job Mansilla/Instagram

— Tal fue el caso de “Hablando huevadas” y “Complétala”

No creo en la censura. Creo que una sociedad debe tener libertad de opinión y esa libertad siempre acompañarla de una responsabilidad. Un comediante puede decir muchas cosas, pero tiene que hacerse cargo. Cuando llevé una clase con Alejandro Angelini, él decía una cosa interesante: ‘El pecado de un comediante no es lo que dice, sino no saber lo que dice’.

Que tú tengas claros los objetivos de por qué estás haciendo este humor. Cuando a las personas no les guste el chiste que hiciste y te reclamen, tú debes tener claro cuál fue el objetivo, por qué lo hiciste, y tener que afrontar las consecuencias.

A estas alturas ya está claro que lo que hizo “Complétala” fue un error y me imagino que van a ir mejorando. Va a ser muy raro que un comediante pida la censura de un programa de humor porque nada nos detiene —que primero sean ellos y después vienen por mí—, pero sí entiendo por qué la gente se ha sentido ofendida. Está bueno que el público exija a un comediante y que el diálogo se aleje de la violencia, porque lo que vi después de todo eso es que no hay un diálogo constructivo.

Colectivo Down Perú hizo un llamado a la reflexión a la "audiencia que aplaude este comportamiento". Foto: composición LR/Sociedad Peruana de Síndrome de Down/Instagram Jorge Luna

— ¿Cuál es la diferencia entre el humor negro y la humillación?

A todo el mundo le gusta el humor negro, a todo el mundo le gusta reírse de cosas de las que supuestamente no debería reírse. No hay nada más liberador que reírse de algo con lo que supuestamente deberías estar llorando. Para mí, ese es el gran poder de la comedia.

La risa ilumina eso a lo que la gente siempre le da la espalda; se refiere a cosas de las que no podemos conversar, como la discapacidad, las enfermedades terminales, la muerte, desórdenes mentales, todas esas cosas que siempre han existido. Solo que para que seamos una “sociedad que funciona” tenemos que darle la espalda a eso, tenemos que hacer como “eso no me va a pasar a mí”, pero está muy presente. Entonces, hay ciertos comediantes que toman la decisión de enfocar su carrera en esos temas.

Lo que siempre les digo a mis alumnos es que, para mí, el stand-up es una reunión de patas y en algún momento alguien se para y empieza a contar anécdotas y la gente lo disfruta, y tú sabes cuando alguien lanza un chiste y está cargado de veneno; es más, la gente no se ríe. Entonces, creo que los límites son internos, porque tampoco creo en limitar el humor por la ofensa. Esta no puede ser nuestra brújula, y con el humor menos, porque siempre van a encontrar a alguien que se sienta ofendido.

Inclusión dentro de la comicidad

— En uno de tus shows mencionaste un recuerdo con tu hermana Judith y dejaste un mensaje sobre las personas con síndromes de Down

Siempre en los chistes de las personas con discapacidad la gente se ríe de la gente con discapacidad, que no digo que esté mal o bien, sino que es lo que yo veía. Y a mí me gustaba la idea de que Judith, mi hermana, sea la protagonista del chiste que es diferente. Hay una diferencia muy importante. Cuando cuentas un chiste hay una cosa que es el sujeto del chiste y otra cosa es el objeto del chiste. A veces el objeto y el sujeto son el mismo.

Entonces, por ejemplo, cuando las personas dicen que no puedes hacer chistes sobre personas con síndrome de Down, sí puedes, solo que depende de cómo lo hagas y qué intención hay detrás del chiste. En este caso, el objetivo era criticar la falta de inclusión social en el país, y el sujeto del chiste es Judith y todas las vivencias que tengo para intentar conectar con ella en un país con tan poca inclusión. Y obviamente lo hago porque estoy cerca de mi hermana. Como comediante cuento mucho mi vida; entonces, me parece interesante que la gente vea mi perspectiva de cómo es vivir con una persona con síndrome de Down.

— También trabajaste en una obra teatral virtual con la Sociedad Peruana de Síndrome de Down

Sí, hemos recaudado fondos. Me contactaron por el video. Les gustó mucho lo que hice. Tuvimos una conversación por Instagram y de ahí me invitaron a ser parte del proyecto, porque debido a la pandemia el evento de mayor recaudación que tenían era la carrera “Corre conmigo”, pero se postergó.

Me convocaron, empezaron a trabajar el proyecto junto a Jonathan Oliveros, un profesor de teatro con bastante trayectoria en enseñar artes escénicas a personas con discapacidad. Llamé a mi colega Brayan Estiben y junto con Jaime Cruz y Ximena Rodríguez empezamos a ensayar esta obra. La vendimos de forma virtual.

Después hicimos un espectáculo que era el “Ríe conmigo” con colegas como El Toby, Cacash, Jaime Ferraro, Jorge Talavera, Brayan Estiven, Norka Gaspar y yo, donde recaudamos más fondos. Es una de las cosas buenas que hemos hecho desde que empezamos. Qué bueno que la llegada que tenemos pueda ayudar a hacer este tipo de eventos.

El amor por el teatro: “Me gusta salir del teatro con muchas interrogantes”

— Has participado en varias obras con trasfondos sociales, como “Qonqay”, “La película” y “Corpus Christi”

Me gusta salir del teatro con muchas interrogantes, que me transformen, y justo las obras en las que actué tienen eso. “Qonkay” es una obra de improvisación sobre el conflicto armado interno y hablamos sobre el terrorismo, las fuerzas militares que llegaron, cómo lo vivieron los pobladores, aprendimos quechua.

“Corpus Christi” también, en un país tan católico, religioso, donde reflexionamos cómo vive la espiritualidad, la comunidad LGBTIQ+, y usamos esta obra para contarlo.

Y en “La película” hay mucho de cómo creamos los vínculos, las personas que no estamos mentalmente tan estables, cómo la crianza influye en quiénes somos, qué es establecer amistades a una edad adulta. Siempre me han gustado proyectos que tienen preguntas, de las que siento que la sociedad se hace muy poco. Eso influenció mucho en mi forma de hacer stand-up.

Job Mansilla se inició en el mundo del stand-up de la mano del comediante Ricardo Mendoza. Foto: Job Mansilla/Instagram

— ¿Cuál es la lección más importante que das a tus alumnos en tus talleres?

Ejercer la autonomía, en el sentido de que puedas defender los chistes que escribes. Me enfoco mucho en que el comediante pueda reconocer quién es en esta sociedad y desde ahí comenzar a construir.

El stand-up también es un negocio de autogestión. Me gusta que la gente que ingresa a mi taller sepa cómo construir una historia, cómo escribir un chiste, qué elementos están dentro del chiste; que tenga muy clara la técnica, pero que sepa cómo es el oficio.

Nuevos proyectos: el estreno de “Encintados y una nueva obra de stand-up

- Estamos a semanas del estreno de la película peruana “Encintados”, en la cual participas. ¿Cómo te sientes?

Me parece que es una película diferente en Perú porque toca un tema que puede generar cierta polémica (dos lesbianas, como pareja, buscan convertirse en madres), pero no busca ser confrontacional; simplemente quiere abordar temas pendientes. Estoy muy emocionado con cómo va a tomar la gente la historia.

Soy como una especie de acompañante del viaje espiritual de Facundo, quien es el protagonista, interpretado por el actor Benjamín Amadeo. ‘Charlie’, mi personaje, está en la busca de su propio viaje, y ahora lo que le gusta es sumarse al viaje de los demás e intentar ayudar para ver cómo se ayuda a él. Por eso sube al coche de ser el padrino.

— ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

El 4 de junio estreno “Géminis”, un espectáculo en el que hablo sobre los tabúes que hay sobre la terapia psicológica, hablo sobre mi familia, todo lo que he aprendido de ellos, y comento la dualidad de que no todo el mundo es 100% bueno o malo.

Entonces, aprovecho que Géminis es la figura más ‘doble cara’ del los signos zodiacales, que tiene doble forma de ser, para hablar de la dualidad que tenemos todos dentro.