La crisis bancaria que inició con la quiebra del Silicon Valley Bank en EE. UU. continúa, y esta vez alcanzó al Credit Suisse, el segundo banco más grande de Suiza y una de las 30 principales instituciones financieras del mundo.
El último fin de semana, UBS, el principal prestamista de Suiza, acordó comprar a su rival como parte de un rescate de emergencia para asegurar la estabilidad financiera y proteger la economía de dicho país. La operación terminaría de concretarse a finales de este año.
“UBS anunció hoy la adquisición de Credit Suisse”, informó el Banco Nacional Suizo en un comunicado el domingo. “Esta adquisición fue posible gracias al apoyo del Gobierno federal suizo, la Autoridad de Supervisión del Mercado Financiero Suizo y el Banco Nacional Suizo”, agregó.
Silicon Valley Bank tuvo una fuerte caída económica debido a la subida rápida de intereses por parte de la Reserva Federal. Foto: AFP
La compra del Credit Suisse se concretó por U$S3.250 millones o US$0,75 la acción. Esto significa casi 75% menos respecto del cierre del viernes, cuando las acciones aún cotizaban en US$2.
Según las autoridades suizas, la quiebra de este banco habría causado una “turbulencia económica irreparable”.
La absorción del Credit Suisse no tendrá efectos directos en el sistema financiero local, y alcanzará solo a aquellos "peruanos de altos ingresos" que tienen su dinero en este banco, pero no afectará macroeconómicamente al país, sostiene Enrique Castellanos, profesor de Economía de la Universidad del Pacífico.
No obstante, advierte que indirectamente hay muchos canales de transmisión de la crisis bancaria global. Entre ellos, señala que la caída que han tenido los bonos y acciones de los bancos a nivel mundial afecta a "nuestros" fondos en las AFP. "Esto a la larga afecta a los 5 millones de peruanos que tienen fondos ahí", comenta.
Según el economista, la inversión privada es otro elemento que se vería perjudicado. "Hay mucho más conservadurismo y menos apetito de riesgo por parte de los inversionistas de afuera para venir a países emergentes", menciona.
La crisis que llevó casi a la quiebra al Credit Suisse ya tiene una larga trayectoria y se agudizó en los días anteriores. En los últimos dos años, las acciones de la entidad que data de 1856 perdieron alrededor del 84% de su valor, y en 2022 registraron una pérdida de US$7.900 millones.
En contraste, las acciones del UBS subieron 15% en este mismo periodo y registró una ganancia de US$7.600 millones en 2022. Su valor bursátil al cierre del viernes era de US$65.000 millones.
De acuerdo con Colm Kelleher, presidente del UBS, “la combinación de los dos bancos fortalece la posición de UBS como líder mundial en manejo de patrimonio con más de US$5 billones de dólares invertidos en bienes en los mercados de crecimiento más atractivos”.
Además, Kelleher afirma que refuerza la posición de la entidad helvética “como líder de la banca universal en Suiza y extiende su posición como el más importante banco global suizo”. Asimismo, sostiene que para el 2027 la fusión deberá generar una reducción de costos anuales de más de US$8.000 millones.
La compra del Credit Suisse no ha sido suficiente para calmar los mercados. El banco rescatado ha caído más de un 60% en la apertura de la Bolsa de Zúrich este lunes, mientras que su comprador también ha llegado a dejarse un 13%, aunque más tarde ha moderado las pérdidas hasta el 8%.
La operación tampoco fue bienvenido por el resto de los bancos en Europa. Las acciones de los bancos europeos se desplomaron 5,8%. Los gigantes bancarios alemanes Deutsche Bank y Commerzbank cayeron un 10,9% y un 8,5% respectivamente, mientras que el francés BNP Paribas cayó un 8,2%. Mientras que los italianos y los italianos UniCredit e Intesa Sanpaolo caían un 4,97% y un 3,31%.
Con información de CNN, AFP y RTVE