“Ahora tenemos lo peor de ambos mundos”, señaló en uno de sus discursos ante el parlamento Ian McLeod, ministro de Finanzas británico, en 1965, para referirse por primera vez en la historia a lo que actualmente conocemos como estanflación. En los últimos meses, este fenómeno ha despertado el temor de los principales bancos del mundo.
Revisa, a continuación, cuáles son las principales razones y cuál es la situación del Perú con relación a este concepto, que es definido por el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) como el proceso económico en el cual se produce estancamiento (crecimiento bajo o negativo de la producción y alto desempleo) conjuntamente con una alta inflación.
El Banco Mundial (BM) alertó, en su último análisis Perspectivas económicas mundiales, que los daños ocasionados por la pandemia de la COVID-19 y la invasión de Rusia a Ucrania han exacerbado la desaceleración económica mundial a tal nivel que podría convertirse en un periodo mundial de escaso crecimiento y elevada inflación; es decir, una estanflación. Esto traería “consecuencias potencialmente perjudiciales tanto para las economías de ingreso mediano como para las de ingreso bajo”, señalaron.
Por su parte, el Banco de Pagos Internacionales (BIS), entidad reconocida como el “banco de los bancos centrales”, advirtió también en su reporte anual que sí existe un riesgo de entrar en esta situación. Además, “las persistentes interrupciones por la pandemia, la guerra en Ucrania, el fuerte encarecimiento de las materias primas y las vulnerabilidades financieras ensombrecen las perspectivas”, indicaron.
El BM rebajó la previsión de crecimiento mundial hasta el 2,9 %, lo que supone 1,2 puntos menos respecto a lo proyectado con anterioridad. Foto: EFE
“La inflación o hiperinflación es un fenómeno en el cual el crecimiento no se ve afectado, pero cuando el crecimiento sí se ve afectado y cae o se desacelera demasiado, sumado a la inflación, eso es lo que llamamos estanflación”, manifestó a La República Jorge Guillén, profesor asociado de la Universidad ESAN. Asimismo, detalló que el Perú vivió una estanflación durante el primer gobierno de Alan García (1985-1990), en la que se tuvo una recesión muy fuerte y una hiperinflación: según las cifras del Banco Central de Reserva, la inflación en esos años llegó al 2.178.482%.
Foto: Archivo/Difusión
Paola del Carpio, coordinadora de investigación de la Red de Estudios para el Desarrollo, señaló a este medio que los indicadores actuales no llevarían necesariamente a afirmar que puede haber una estanflación en Perú, pero resalta que una menor inversión pueda poner en riesgo el futuro del crecimiento del país.
“Ya tenemos inflación elevada desde hace varios meses. Estamos en este momento en 9% de inflación anualizada (junio), principalmente por alimentos y combustibles (justamente factor externo). El BCRP espera que esta comience a bajar poco a poco después de julio y que recuperemos la normalidad de antes hacia el segundo semestre del próximo año. Con relación al crecimiento, en particular, me preocupa que la inversión privada está retrocediendo y la inversión pública casi no ha avanzado como ha salido en las noticias en estos días”, indicó la especialista.
Por su parte, Jorge Guillén coincide que este escenario en Perú es probable debido a que también varios factores internos, como la falta de inversión privada y pública o las expectativas políticas, están afectando el rendimiento económico. A eso se le suma las circunstancias externas: la inflación mundial que nos afecta porque los combustibles no bajan sus costos, la gasolina es una de las más costosas, además, el precio internacional de los alimentos es alto, lo que genera subidas en nuestra canasta básica de consumo.
“Es mundial, pero aquí en Perú hay más informalidad, hay más pobreza, venimos de pandemia que nos ha afectado bastante, entonces, por más que saquen bonos y algunas medidas fiscales y monetarias, no es suficiente”, indicó el economista. “Generar empleo es lo mejor, porque en el 2007 durante el segundo gobierno de Alan García teníamos un fenómeno de inflación, más no recesivo. Más bien crecimos a tasas de dos dígitos, entonces creo que la creación de empleo y el fomento de inversión va a paliar algo el malestar”, resaltó.