El exdirector de la Dirección General de Hidrocarburos (DGH), Erick García Portugal, sostuvo la norma que dispone la reducción de combustibles a solo dos, regular y premium, busca optimizar la cadena para reducir los costos en el mercado, que actualmente reside hasta en cuatro versiones, según octanaje: 84, 90, 95 y 98.
Según uno de los impulsores originales de la ley, promovida en 2021, tener un abanico innecesariamente grande de combustibles representa un gasto adicional en colorantes, tanques de almacenamiento y transporte para la logística de cada empresa.
“Los grifos tienen un compartimento para cada tipo de combustible, al igual que las plantas mayoristas. A nivel internacional, todos los países se mueven en torno a dos únicas gasolinas, lo que se busca es optimizar la cadena y darle más valor”, dijo para Canal N.
En este sentido, expresó que, actualmente, cuando se compra gasohol de 90, realmente se recibe uno de 92 ó 93 octanos, porque la mezcla de alcohol carburante hace incrementar el octanaje. Lo mismo ocurre con el de 95, que rinde como 97 ó 98; y el de 97, que rinde como 99 ó 100. En efecto, las especificaciones internacionales para vehículos recomiendan un octanaje de entre 90 y 95.
“Estas dos nuevas gasolinas traerán mucho dinamismo y, en teoría, harán más competitivo el mercado, con una industria más segura”, recalcó.
Sin embargo, para el también exdirector de la DGH, Gustavo Navarro, esta evaluación podría quedarse solo en teoría, pues finalmente el ahorro que se genere podría también quedar en manos del empresario, ya que los precios se mueven en libre mercado.
No obstante, reconoce que el proceso, en el cual Osinergmin deberá hacer acompañamiento hasta que entre en vigencia definitiva el próximo 30 de agosto, resulta positivo a nivel técnico, económico y medioambiental en el largo plazo.
“De hecho, al principio quizá no se refleje ningún cambio positivo para el público, pero a la larga un mercado de competencia siempre termina trasladando algún ahorro a los usuarios. La competencia es la mejor aliada”, manifestó Navarro.
Ello, a razón de que ahora todos los grifos manejarán exactamente la misma oferta de dos únicos combustibles, por lo que dará lo mismo abastecerse en cualquiera de ellos y en cualquier distrito. Así, una competencia más agresiva entre grifos de distritos más y menos pudientes aterrizaría los precios a la baja.
De otro lado, Navarro recordó que, aun cuando el petróleo no cambie de precio, la gasolina sube en algunos meses y baja en otros debido al driven season, época de viajes y alto consumo en el hemisferio norte, la cual se da entre julio y agosto. Europa y Asia contrastan con África, y América del Norte con nuestra región.
“Ellos consumen mucha gasolina porque tienen muchas horas de luz solar, al salir de vacaciones eso eleva mucho la demanda y sube el precio de gasolina. Pero este precio sube desde antes, pues hay que llenar los inventarios. En diciembre pasa lo contrario, con personas quedándose en casa por invierno”, precisó.
Erick García recuerda que este cambio de matriz hacia solo dos combustibles es indispensable para garantizar la seguridad energética del país, pero no es la solución clave. En su lugar, refiere que la masificación del gas natural debe ser alentada ante el incremento de los precios internacionales del crudo.
“Es inaudito que en Lima, donde hay gas natural hace más de 16 años, todavía se consuma gasolina y GLP. Los programas de promoción del Gobierno están ahí, hace falta más difusión. El año pasado se aprobaron absolutamente todas las normas para su uso en vehículos mayores”, indicó el especialista.
En la práctica, explicó, la reducción a solo dos combustibles en el mercado y la salida de la opción más barata influirá en que más conductores opten por realizar la conversión de sus unidades hacia este recurso más limpio y de producción nacional.
“En toda Europa se usa gas natural, pese a que no tienen. Nosotros lo tenemos y no está sujeto a un precio internacional como el petróleo, pero no lo usamos”, finalizó.