Entre el 2011 y el 2020, los gobiernos regionales y locales recibieron 40.000 millones de soles por canon y regalías mineras. Sin embargo, del total solo se ejecutó el 61% de los recursos, informó Pablo De la Flor, director ejecutivo de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE).
“Lo que descubrimos es que a lo largo de la última década es que los gobiernos regionales y locales receptores de estas transferencias, apenas han logrado invertir el 61% de sus presupuestos. Tenemos casos como el de Moquegua y Puno, donde tenemos niveles de ejecución que están en 65% y casos de menores niveles de ejecución como Junín, Áncash y Arequipa”, dijo el dirigente gremial durante su participación en el seminario web “Diálogo: Desafíos de traducir la renta minera en desarrollo”, que forma parte de las actividades “Camino al 14 Simposium del Oro, la Plata y el Cobre”.
Nivel de ejecución del canon. Fuente: SNMPE.
En cuanto al uso de estos recursos por parte de los gobiernos subnacionales, sostuvo, que en el promedio general, aproximadamente el 50% de lo ejecutado corresponde a proyectos de transporte, planeamiento y educación; y que en algunas regiones, esta priorización de gasto no tiene un correlato con las brechas sociales y de infraestructura.
Al revelar las cifras de ejecución, el ejecutivo señaló que se debe perfeccionar el funcionamiento del canon. Ello, con el objetivo de asegurar que estos recursos contribuyan a cerrar las brechas sociales y de infraestructura.
“Hay que salvaguardar el uso adecuado de estos fondos, priorizando sobre todo el bienestar de las comunidades y centros poblados más próximos a las operaciones mineras, para lo cual también es necesario establecer mecanismos de seguimiento y control que le den más transparencia a las inversiones”, anotó.
Por su parte, la exministra de Desarrollo e Inclusión Social, Carolina Trivelli, sugiere que esta mejora en la distribución del canon y regalías mineras debe ir de la mano con un enfoque territorial, el cual este pensado en las zonas más alejadas y en los ámbitos de influencia de los proyectos mineros.
“Un rubro a priorizar es la conexión de las comunidades a través de obras de transporte y telecomunicaciones. Lo ideal sería trabajar un paquete mínimo de inversiones que se traduzcan en desarrollo”, apuntó.
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