Transporte sostenibleSe afinan detalles para la aprobación de la ley que impulsa el uso de la bicicleta en el país. La expectativa de hacer de Lima una ciudad con más ciclistas y con menos tráfico es alta, la realidad es que aún tenemos un sistema de ciclovías inconexo y precario.,¿Qué frena a la Ley Bici?,¿Qué frena a la Ley Bici?,¿Qué frena a la Ley Bici?,Líneas y curvas caprichosas que desaparecen o que no llevan a ningún lado, así se ven las rutas de las ciclovías de Lima en un mapa virtual de Google. Según la Municipalidad Metropolitana de Lima, tenemos un total de 183.81 kilómetros de estas vías exclusivas para bicicletas a lo largo y ancho de la capital, la pregunta es si son suficientes para convertir en realidad el uso de la bicicleta como medio de transporte en una ciudad que por largas horas es secuestrada por la congestión vehicular. Para que se haga una idea, según un estudio de la consultora Marketwin, el grueso de los limeños pasan a diario cerca de tres horas atrapados en los medios de transporte motorizado, sean buses, cústers, combis o sus propios automóviles. En un mes pasarán hasta 60 horas de su vida inmersos en el tráfico. ¿Tiene un aproximado de cuántos vehículos se aglomeran en una vía principal en hora punta? Avenidas como la Túpac Amaru, la Carretera Central o la Javier Prado se cargan de hasta 10 mil vehículos entre las 7 y 8 de la mañana, según el Plan Maestro de Transporte Urbano (PMTU). Para encarar este atentado contra la vida saludable, la Comisión de Transportes y Comunicaciones del Congreso de la República, presidida por el parlamentario Wuilian Monterola (FP) viene discutiendo los detalles de la "Ley bici" o 29593, que promueve a la bicicleta como medio de transporte sostenible. Una alternativa para moverse en la ciudad que está dando frutos en otros países de América Latina como Colombia. Bogotá es la ciudad con más tráfico de la región. Después de aprobar su "Ley bici", más ciudadanos empezaron a usarlas para ir al trabajo y en 2017, según el diario El Tiempo, se evitó la emisión de 1.200 toneladas de dióxido de carbono. Ese es otro punto a favor del uso de la bicicleta, no hace daño al medio ambiente. Si el pleno del Congreso aprueba la ley, los centros de trabajo, tanto públicos como privados tendrán que dar ciertos incentivos a los trabajadores para que se conviertan al ciclismo. Por ejemplo, se flexibilizarán sus horarios de ingreso, se les facilitarán duchas dentro de las oficinas, se adecuarán estacionamientos para sus bicicletas (tendrán el plazo de tres años para hacerlo), y se otorgará un día libre por cada 45 asistencias en bicicleta, este último beneficio solo lo obtendrán los empleados públicos. ¿Se imagina cuántos funcionarios dejarían de ingresar al centro de Lima con sus automóviles o en taxi? Adaptación a dos ruedas El centro de Lima es uno de los puntos de la capital que tiene un alto nivel de concentración de actividades económicas y que recibe una gran cantidad de gente al día. Según el PMTU, en esta zona se realizan un total de 6.08 millones de viajes diarios. Si la "Ley bici" se aprobara, el casco histórico tendría que adaptar su infraestructura para recibir a los trabajadores que se movilizarían en bicicleta. Para la coordinadora del observatorio ciudadano Lima Cómo Vamos, Mariana Alegre, “el centro debería peatonalizarse. Solo se debería ingresar caminando o en bicicleta". Una opción menos radical es ganarle terreno a los motorizados y abrir ciclovías en las arterias principales que cruzan el centro. Un trabajador que se desplaza en bicicleta desde el Callao podría tomar la ciclovía de la avenida Colonial, que tiene aproximadamente 9 kilómetros, para ingresar al Centro. El problema es que hoy esta ciclovía desaparece cuando desemboca en la Plaza Dos de Mayo. Sería necesario abrir una vía para bicicletas que continúe hasta la avenida Tacna, que tiene anchos carriles . La "Ley bici" contempla la adecuación progresiva de la infraestructura pública para facilitar la utilización de la bicicleta. Para ello, se exige a los municipios y gobiernos regionales habilitar espacios y estructuras seguras para los ciclistas. Además de las ciclovías, se abrirían o ampliarían aparcamientos en las estaciones de los medios de transporte masivo para que así el ciclista pueda dejar su bicicleta y conectarse con otro transporte público como, por ejemplo, el Metropolitano. Si bien hoy en día ya existe un estacionamiento en la Estación Naranjal, este está vacío casi todo el tiempo pues llegar hasta este punto en bicicleta, por la avenida Túpac Amaru, podría ser un acto suicida para un hombre que va en dos ruedas. Otra vez la precaria infraestructura es un punto en contra para que los limeños se animen a transportarse en bicicleta. Lo curioso es que este medio de transporte es popular. En la última encuesta de hogares, el INEI descubrió que más familias capitalinas tienen bicicletas. Un 19% en comparación con el 17% que tiene un automóvil. Bicicletas públicas El ciclista Rafael Ferreyra (34) bromea y dice que si la ley de la bici fuese retroactiva, si considerara lo hecho en el pasado, su actual centro de labores le debería muchos días libres. Este funcionario de la Municipalidad de San Isidro se mueve en bicicleta por la ciudad desde los 14 años. A diario se desplaza en su montañera desde la Plaza de la Bandera, en Pueblo Libre, hasta su trabajo. El viaje le toma 15 minutos manejando a 20 kilómetros por hora. Ferreyra representa a ese títmido 1.1% que es la población de limeños que usa la bicicleta como medio de transporte. Para impulsar el incremento de ciclistas, la municipalidad donde trabaja Rafael abrirá desde enero de 2019 un sistema de bicicletas públicas. San Isidro, que tiene en su área a importantes focos de confluencia de público, como su famoso centro financiero, recibe a diario cerca de un millón de trabajadores. El grueso de ellos se desplaza hasta el distrito en sus automóviles. Mediante la renta de bicicletas, el municipio se ha propuesto que aquellos oficinistas que tengan que movilizarse dentro de San Isidro no lo hagan en sus autos sino con la modernas bicicletas que están ancladas en 50 estacionamientos cerca a las principales avenidas y paraderos de transporte público. De esta forma se reducirá la contaminación, el tráfico y el estrés. El sistema es sencillo, previamente el usuario se debe inscribir por internet y pagar una membresía anual (140 soles), mensual (18 soles) o por día (4 soles). El derecho de uso de la bicicleta por viaje será de 30 minutos continuos, las veces que se requiera en el día. Miraflores es otro de los distritos que abrirá este servicio también el próximo año. Si bien Lima no se convertirá en corto plazo en Copenhague, la capital danesa poblada mayoritariamente por ciclistas, pues el 62% va al trabajo todas las mañanas sobre dos ruedas; la ley que se está discutiendo en el Congreso podría ser una válvula de escape ante tanto caos vehicular. La respuesta está en la adecuación de mejor infraestructura (ciclovías y estacionamientos) pero también en la cicloinclusión. La también máster en Diseño de Ciudades, Mariana Alegre, señala que aquel concepto tiene que ver con el grado de armonía que debe existir en la ciudad para que nos cuidemos entre todos: peatones, ciclistas y conductores. Más aún en una ciudad como Lima donde cada año, según los registros de la Policía Nacional, mueren en las autopistas más de 500 personas. Rafael Ferreyra da fe de que la capital es hostil y que necesitamos educarnos para convivir mejor. Alguna vez, un taxi le cerró el paso mientras manejaba y salió volando. Su casco lo protegió de una posible rotura de cráneo. Esperemos que con la Ley de la bici empecemos a pensar en el otro y cambiar esta jungla en que se ha convertido la ciudad.