La sequía de títulos que persiguió a la selección argentina por décadas paró definitivamente en la Copa América 2021, cuando el equipo liderado por Messi pudo por fin declararse campeón. La última vez que lo habían hecho eran aún los años 90, cuando a los argentinos les sobraban títulos y figuras. Una de las últimas veces fue, curiosamente, en Qatar, donde se desarrollaría más adelante la Copa del Mundo 2022.
El certamen del que hacemos mención es nada menos que un torneo mundial organizado por la FIFA. Se trata de la Copa Mundial de Fútbol Sub-20, en la que Argentina llegó a la final para enfrentarse a su rival de siempre. ¿Cómo fue esta temprana historia en la tierra donde se jugaría la máxima competencia del deporte rey tres décadas después?
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Era el año 1995 y Argentina clasificó al Mundial Sub-20 de ese año tras quedar en segundo lugar durante el torneo sudamericano de la categoría, que se desarrolló en Bolivia.
En la altura de La Paz, Argentina había perdido la final, la cual jugó contra la siempre peligrosa Brasil. El Mundial se iba a desarrollar meses después, y quizá allí tendrían una chance de revancha.
En un inicio, el Mundial iba a desarrollarse en Nigeria, pero tuvo que ser cambiado de sede a último momento debido a un brote de meningitis en el país africano.
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Vale decir que los nigerianos ya habían sido sancionados años antes por inscribir a jugadores de más de 20 años y por ello tampoco fueron sede del mismo torneo en 1991.
El equipo estaba dirigido por José Pekerman, que hacía poco que había tomado la dirección técnica en un proyecto que se extendería por muchos años más.
Quizá, de los seleccionados sub-20 de ese su primer plantel de 1995, el que más destacaría luego en la selección mayor fue Juan Pablo Sorín.
Los argentinos empezaron con pie derecho venciendo a Países Bajos por la mínima. Sin embargo, cayeron ante la Portugal de Nuno Gomes y quedaron obligados de ganarle a Honduras. Finalmente, clasificaron.
En cuartos de final, la misma ronda en la que Uruguay recibió el primer gol de oro de la historia frente a Australia (en el polémico partido que les valdría una sanción), Argentina enfrentó a Camerún, del futuro madridista Geremi. Vencieron por 2 a 0.
En la semifinal tocaba enfrentar a la poderosa selección de España, que tenía a figuras como Raul, Etxeberria, Michel Salgado y Fernando Morientes. Los golearon 3 a 0 y el camino a la final sería una dulce revancha para los de Pekerman.
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El equipo de Julio César Leal había vencido a la Albiceleste apenas tres meses atrás. Tenía entre sus filas a futuras promesas, como Ze Elias, el goleador Caio y, en la banca, a Denilson.
Sin embargo, nadie de esta maravilla verdeamarela pudo convertirle un gol a la Argentina de Pekerman, que se impuso por 2 a 0 en la perfecta revancha y en la calurosa noche de Doha.
Todos los jugadores del plantel argentino tuvieron minutos, incluso el arquero suplente, Gastón Pezzuti, que entró por decisión de Pekerman en los últimos instantes de la final.
La postal de aquel Mundial incluye a Juan Pablo Sorín levantando la copa, pasada por las autoridades qataríes con su indumentaria típica. Este fue el inicio de una victoriosa época para las selecciones menores de Argentina, que cosecharon más triunfos en los años posteriores de la mano de Pekerman.
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