Juan Cominges, el coach que es clave en el acompañamiento emocional de la selección peruana

Al culminar su carrera en el fútbol profesional, Juan Cominges se quedó con algunas interrogantes. Fue así que mediante el coaching, método para alcanzar objetivos, pudo darle un giro a la manera de ver las cosas, con lo que terminó encontrándole respuestas a sus dudas. Esto lo llevó de regreso al deporte rey, pero como “otra figura”, según cuenta. Hoy, es parte del comando técnico de la selección peruana y su labor consiste en acompañar emocionalmente al jugador en su lado más humano.

No se siente un salvador cuando a la selección peruana le toca afrontar momentos complicados, sino como un ‘soldado’ más que lucha dentro del barco ‘blanquirrojo' en búsqueda de conseguir las metas. El exjugador de Universitario, Sporting Cristal, Colón y Estudiantes de La Plata conversó con La República sobre su labor al lado de Ricardo Gareca.

La mayoría de futbolistas al terminar su carrera se enfocan en desenvolverse como directores técnicos o asumir un cargo directivo en algún club, ¿cómo te inclinaste a ser coach?

Siento que este espacio del coaching no solo tiene que ver conmigo, con lo que sueño, con lo que deseo, con lo que me interesa, sino también con una necesidad que leo en el ambiente deportivo. La necesidad de los futbolistas de ser escuchados, de ser validados, de los entrenadores, de ser acompañados también. Pensar cómo podríamos generar los cambios que todos nos damos cuenta que son necesarios. Esas cosas son las que a mí me movieron a aparecer con esta figura en el fútbol.

¿En tu última etapa de futbolista ya tenías en mente ser coach? ¿Cómo nace ese vínculo en todo caso?

Mientras jugaba siempre me fui cuestionando mis propios aprendizajes y también el contexto en el que me movía, el fútbol. No tenía la capacidad de mirar más allá del cuestionamiento, generar una propuesta. Entonces me pareció interesante pasar de ser un crítico a involucrarme a generar una propuesta. De hecho, yo me retiro del fútbol siendo crítico y habiéndome agotado emocionalmente.

Luego vuelvo ya como coach trayendo una propuesta. En ese proceso también cambié, que si hubiera seguido agotado no me hubiera vuelto a vincular (con el fútbol).

¿En qué consiste tu labor dentro del plantel de la selección peruana?

Yo, así como el psicólogo deportivo, nos hacemos cargo de la parte del acompañamiento a los deportistas. A encontrar, si se quiere, la mayor de sus habilidades. Trabajamos también a la par del comando técnico, es básicamente un acompañamiento en el lado emocional con la posibilidad de generar conversaciones y aprendizajes diferentes.

En la Copa América se te vio muy cerca de Cristian Cueva. ¿Hubo una labor especial con él?

Yo estaba cerca de todos. Si se ha percibido eso ha sido una coincidencia. No solo yo, sino todo el comando técnico (está) atento a las necesidades de cada uno de los jugadores. Nosotros no miramos a un ser humano como un caso particular o como una problemática. Yo entiendo que cada persona tiene su propio ritmo de aprendizaje y tiene también una historia personal que lo atraviesa y lo interpela en todo momento y hay que ser respetuosos de esos espacios.

En la Copa América 2019, Perú fue goleado por Brasil en la fase de grupos. ¿Cómo ayudar a un equipo que tenía que pasar la página rápidamente en un torneo corto?

Ahí no quisiera aparecer como el que soluciona algo. Es el alto rendimiento y los jugadores de fútbol de la selección peruana que tienen la capacidad de revelarse, de levantarse, de jugar bien y el cuerpo técnico tiene todos los argumentos necesarios para facilitarle mejores contextos y mejores posibilidades a los jugadores dentro y fuera de la cancha. Pensar que el trabajo de coach o psicólogo es determinante, no va por ahí, por eso somos un cuerpo técnico.

A todos nos dolió la derrota y a todos, desde nuestro rol, hicimos lo que teníamos a nuestro alcance para revertir esa derrota.

¿Qué nuevas experiencias has percibido desde tu nuevo rol en cuanto a tu etapa como futbolista?

Ahora veo todas las jugadas. Antes no tenía tanta pausa, tantas posibilidades de pensar de estar tranquilo. Ahora veo las posibilidades de relacionarme mejor con mis compañeros, incluso dentro de la cancha tomar mejores decisiones. Aprendes a observar mucho más el fútbol.

¿Has tenido una conversación especial con Paolo Guerrero a raíz de su lesión que lo aleja de las canchas?

De Paolo tratamos de estar cerca todos. En el primer momento que nos enteramos estuvimos ahí con él. Es un jugador necesario para la selección, para nuestro grupo de trabajo, y esperamos que pueda estar pronto.

Dejando de lado la selección peruana, ¿qué opinión tienes sobre lo que acontece alrededor de Jean Deza?

No puedo opinar así de un ser humano, sobre la vida y las decisiones de esa persona por respeto al ser humano que hay detrás. Yo quisiera que, a los jugadores de fútbol, a todos les pueda ir bien, puedan demostrar todas las capacidades que tienen al alcance de sus manos, que no pierdan tiempo y que disfruten de esta profesión y que las personas que los rodean puedan ser felices.

¿Te gustaría incursionar como director técnico?

No me despierta un interés eso ahora. Yo estoy contento en lo que vengo haciendo. Yo sé que tengo vocación para enseñar, pero no me visualizo hoy en un organigrama deportivo siendo entrenador.

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