Jorge Jiménez
Melgar atraviesa una grave crisis de resultados y de fútbol, y los rivales que tiene al frente aprovechan para darle con palo.
El momento es tan malo para los rojinegros que los que tienen una revancha pendiente se la cobran y con impuestos incluidos.
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Por ejemplo, el arequipeño Jonathan Medina y el Chucho Chávez, quienes salieron del club en años pasados y por la puerta de atrás, ayer jugaron el partido de su vida, más aún sabiendo que la baja está en juego. “Voy a jugar como si fuera un chalaco más”, dijo Medina antes del partido de anoche.
Los cuatro misiles que le mandó el Boys fueron producto de la mala entrega del balón, de la lentitud y la falta de convicción.
Melgar buscó soportar la arremetida porteña por lo menos hasta los 15’, pero muy pronto, a los 7 minutos, ya perdía 2-0. Fue difícil remontar el marcador adverso.
Se suma la ineficacia para definir las ocasiones de gol.
Solo hubo minutos de reacción en la segunda mitad. El paraguayo Villalba ilusionó al marcar el 3-2, pero luego cometió un penal tonto para el 4-2 final a favor del Boys, que se toma un respiro.
Hoy Melgar no está siquiera en zona de Copa Sudamericana habiendo acostumbrado a sus seguidores a jugar la Copa Libertadores.
El fracaso no es una palabra a la que el hincha se haya acostumbrado, pero este año, a nivel local, ya lo es. La renovación total llama.