¿por qué? Aurich priorizó la recuperación administrativa y económica por encima de lo deportivo. El hincha fue el principal perjudicado.,Hugo Daniel Barrios Aurich no debió bajar, definitivamente no... y el hincha lo sabe. Desde el 2008, año en que Edwin Oviedo tomó las riendas del club, las campañas del Ciclón siempre apostaron a ganar todo lo que se tenía al frente y para ello se contrataba jugadores de primer nivel... Pero en este 2017, como si la dirigencia se hubiese olvidado de lo que se venía haciendo, optó por dejar al equipo “al final de la agenda”, siendo el resultado: el descenso, muy doloroso para los hinchas. ¿Acaso los dirigentes fueron tan inocentes para apostar a inicios de año por un grupo de jugadores que venían de clubes descendidos y sin trayectoria importante? ¿Acaso confiarle el manejo administrativo del club a William Pichling fue circunstancial? Definitivamente, no. Luego de tanta inversión hecha en el período 2008-2016, habiéndose quedado endeudado y a la vez con embargos ejecutados por SUNAT, el club Juan Aurich necesitaba ordenar la casa y lamentablemente optó por sacrificar lo deportivo. No fue lo mejor, fue la táctica del empresario, aquél que ve las cosas de manera fría, sin apasionamientos y, en ese sentido, optó por bajar significativamente su presupuesto, sabiendo que corría el riesgo de descender y, finalmente, esto se dio. Por ello es que para los dirigentes la baja es un período transitorio en el que esperan recuperarse económicamente para regresar con fuerza al fútbol profesional. Como es lógico, en Segunda División no tendrán que pagar contratos elevados, pero eso sí, tienen la obligación de competir por el regreso a la élite profesional. Y es que todo un pueblo se ha quedado sin fútbol de Primera División, aquello que le significaba un momento de entretenimiento los fines de semana, aquello que alguna vez le dio a los chiclayanos el privilegio de ver a Neymar en el mismísimo estadio Elías Aguirre, en aquel Juan Aurich vs. Santos de Brasil. Asimismo, a la “Brujita” Juan Sebastián Verón, en aquel Juan Aurich vs. Estudiantes de la Plata. Los hinchas esperan que en este período de “reconstrucción” de Juan Aurich, también los dirigentes “suden la camiseta” y se esfuercen en fomentar la remodelación del estadio Elías Aguirre de Chiclayo con el cambio de cancha, que es justo y necesario. Hoy en día, el “Coloso del Paseo del Deporte” es un elefante blanco, pues no se usa para el fútbol de primer nivel en el país. Los hinchas consideran que es momento de unir esfuerzos con el gobierno regional y el IPD para que Chiclayo vuelva a tener un escenario habilitado, de lo contrario, de nada serviría un nuevo ascenso del “Ciclón”.