Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos han dado lugar a algunos de los incidentes más conocidos de la política internacional del siglo XX, y los efectos muchas veces hicieron eco en sus vecinos próximos, es decir, en Latinoamérica. Perú fue uno de estos cuando, en 1980, fue involucrado en una crisis que pasó a la historia por sus efectos: el éxodo de Mariel.
El éxodo de Mariel es el nombre con el que se bautizó al grupo de cubanos que pudo salir de la isla tras el asalto que sufrió la Embajada de Perú en Cuba, en abril de 1980. Esto provocó un debate internacional sobre el derecho a abandonar la isla, y generó tensiones fuertes entre Fidel Castro y sus pares latinoamericanos.
Durante la última mitad de los años 70, miles de cubanos intentaron refugiarse en alguna de las embajadas de países latinos ubicadas en La Habana.
Miles de cubanos refugiados en la embajada peruana. Foto: Radio Televisión Marti
Las embajadas que más solicitudes de asilo recibían eran las de Perú y Venezuela, pero eran miles los cubanos que querían salir.
Ante la desesperación de estos, el 1 de abril, algunos residentes de la isla tomaron un bus y lo estrellaron contra la cerca metálica de la embajada. El incidente acabó con la vida de un guardia cubano entre el intercambio de disparos que se desató.
El bus que se estrelló contra las rejas de la embajada peruana en La Habana. Foto: El País
Tras esto, cerca de 10.000 cubanos ingresaron a la embajada, con lo cual obtuvieron protección diplomática por parte del Gobierno del Perú, en un espacio de apenas 2.000 metros cuadrados.
La crisis diplomática comenzó entonces. Fidel Castro negoció con el embajador de Perú, Ernesto Pinto Bazurco Ritter, quien etiquetó a los cubanos como simples “inmigrantes” y aseguró que no los entregarían a la Policía cubana.
En respuesta, Fidel Castro retiró la protección a la embajada. “No podemos proteger consulados que no cooperan con su propia seguridad”, señaló por entonces. Muchos niños y prisioneros políticos del régimen castrista ingresaron a zona peruana para el 5 de abril.
Miles de cubanos refugiados en la embajada peruana. Foto: Diario Las Américas
Pese a los hechos, la Embajada de Perú era territorio peruano y el propio presidente Francisco Morales señaló que aceptaría a cualquier cubano que buscase asilo.
Estados Unidos se unió a la medida y ofreció asilo político bona fide para los refugiados en la embajada, ejerciendo presión internacional sobre Cuba y el derecho de cualquier cubano a abandonar la isla.
Algunos ciudadanos cubanos rechazando a los que buscaban asilo político en las embajadas. Foto: EcuRed
Las demostraciones públicas fueron organizadas también por el gobierno cubano. Foto: 14yMedio
En las calles de Cuba se realizaron demostraciones públicas en contra de estos refugiados, incluso con golpizas. El Gobierno los llamó “antisociales, vagabundos, delincuentes y basura”.
Tras semanas de altercados diplomáticos, el Gobierno de Fidel Castro anunció el 20 de abril que permitiría la salida de los refugiados cubanos a través del puerto de Mariel, con principal destino a Miami, ciudad cercana a La Habana, vía mar. Medios internacionales como El País afirman que el dictador cubano habría abierto las cárceles de la isla para incluir a algunos reclusos entre los inmigrantes.
Uno de los botes pesqueros que salieron del puerto de Mariel hacia Florida, Estados Unidos. Foto: Clarín
El 25 de abril, alrededor de 300 botes llegaron al puerto de Mariel para recoger a los refugiados. Entre ellos se encontraban tanto cubanos como refugiados de Haiti. Debido al nombre del puerto, todos estos fueron conocidos como ‘marielitos’.
El 28 de abril, el gobernador de Florida, Bob Graham, anunció el estado de emergencia en los condados de Monroe y Dade. Según los reportes de la guardia costera de Estados Unidos, a Florida habían llegado un total de 15.761 refugiados.
Por entonces, la ya extinta agencia INS (Servicio de inmigración y naturalización de EE. UU.) señaló que había identificado que 1.306 de los ‘marielitos’ tenían “pasados cuestionables” con registros criminales y encarcelamientos por delitos menores que no serían considerados crímenes en Estados Unidos (por ejemplo, vender bienes en el mercado negro).
Los que emigraron tras este hecho fueron bautizados como 'marielitos'. Foto: El Nuevo Herald
Según un estudio sobre la ola migratoria de los ‘marielitos’, expuesto en un foro de la Universidad Internacional de Florida en 2015, solo un 2% de los ‘marielitos’ (de un total de 125.000 inmigrantes) provenían de las cárceles cubanas y fueron soltados por el propio Fidel Castro para llegar a Estados Unidos.
Esta pequeña cantidad protagonizaría “disturbios y atemorizaría a comunidades” durante los años 80, según revela el portal Radio Televisión Marti, pero gran parte del resto eran “trabajadores”.