El MIRADA – Festival Iberoamericano de Artes Escénicas, realizado por el Sesc São Paulo, se realiza entre el 5 y el 15 de septiembre de 2024, en Santos, ciudad de la costa paulista. En esta séptima edición, el Perú es el país homenajeado, representado por once obras, entre ellas ocho espectáculos y tres presentaciones musicales y performáticas que forman parte del Punto de Encuentro, la agenda nocturna de disfrute artístico del festival.
Súmanse doce obras de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, España, México, Portugal y Uruguay, y trece trabajos nacionales más de los estados de Amazonas, Ceará, Minas Gerais, Piauí, Rio de Janeiro, Rio Grande do Norte, Rio Grande do Sul y São Paulo, totalizando 33 espectáculos. También forman parte del evento actividades de formación, Punto de Encuentro y el Mirada Pro –reunión de decenas de programadores internacionales y nacionales de festivales de artes escénicas de todo el mundo.
La programación en su conjunto expresa la intención curatorial de proponer tres ejes para el disfrute de la producción iberoamericana contemporánea, el sueño, el bosque y la esperanza, y trae a la escena temas relevantes para las realidades de los países y de los artistas. Las obras abordan, por ejemplo, cuestiones indígenas, decoloniales y de las relaciones con la naturaleza; además, provocan reflexiones sobre violencias, género e identidades, migraciones y desplazamientos, relaciones de poder y diversidad de cuerpos.
Según el Director Regional del Sesc São Paulo, Luiz Galina, “comprender la pertenencia ancestral enriquece la investigación en las artes performáticas, ampliando visiones y creando nuevos contextos. Esta percepción puede superar supuestas jerarquías entre los pueblos y permitir nuevas aproximaciones simbólicas. El MIRADA – Festival Iberoamericano de Artes Escénicas, en su séptima edición, estimula esas confluencias a través de ejes sobre el sueño, el bosque y la esperanza, incentivando los intercambios culturales entre los países invitados”.
Dos trabajos peruanos abren esta edición, el espectáculo de calle El Teatro Es un Sueño, del grupo Yuyachkani, y la obra Esperanza, de Marisol Palacios y Aldo Miyashiro. El primero, presentado al aire libre, cerca del Sesc Santos, rinde homenaje al teatro, creando un momento de fantasía en el que vida cotidiana, puesta en escena y música en vivo se mezclan. Ya la segunda, escenificada en el Teatro da Unidade, tiene como trasfondo el inicio de los años 80 en Perú, cuando el país, recién salido de un régimen dictatorial, atravesaba un período conturbado.
En el espacio de convivencia, la instalación Florestanía, de Eliana Monteiro, invita al público a romper con la lógica de lo cotidiano y de los centros urbanos. Un conjunto de 13 hamacas, confeccionadas con fibras de aguaje por mujeres de cuatro etnias indígenas de la Amazonia brasileña y una de la Amazonía peruana, son dispuestas para que el público se recueste mientras escucha los sonidos del bosque.
Obras peruanas
Dos trabajos con texto y dirección de Mariana de Althaus forman parte de la programación. Quemar el Bosque Contigo Adentro reflexiona sobre la violencia de género desde un universo simbólico que entrelaza naturaleza y relaciones sociales, mientras que La Vida en Otros Planetas, una producción del ICPNA Cultural, ofrece un panorama de la educación pública en el Perú a través de la mirada de un grupo de profesores y alumnos.
Estrenando en el festival, EL RINCÓN DE LOS MUERTOS, con dirección de Yanira Dávila y Sebastián Rubio, se basa en la historia personal del actor Ricardo Bromley para trazar los ciclos de violencia que atravesaron la ciudad peruana de Ayacucho. También conectado con la historia peruana, Mama Angélica, del grupo Antares Teatro, cuenta la historia de Angélica Mendoza de Ascarza, quien se convirtió en una importante activista de derechos humanos en el Perú después de la desaparición de su hijo.
El activismo también es tema, desde otra perspectiva, del trabajo de Liliana Albornoz Muñoz. En ¿Dónde están las feministas? Conferencia Performática de una Falsa Activista, la artista y activista feminista se basa en su experiencia personal para discutir el feminismo y cómo él se mantiene como una fuerza transformadora para la sociedad.
Costurando danza, música y creaciones audiovisuales, El Presidente Más Feliz, de la coreógrafa Cristina Velarde, discute cómo la corrupción y el abuso de poder se insertan en el tejido social y afectan el bienestar de la población.
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(NdP).