Debate. Réplica a los conceptos y criterios con que se ha cuestionado la selección de los artistas peruanos que asistirán a Arcomadrid 2019. El tema está sobre la mesa.,Herbert Rodríguez En la selección Arcomadrid 2019 están las artistas Olinda Silvano, Wilma Maynas, Silvia Ricopa (arte shipibo-conibo) y Elliot Túpac (cultura popular urbana). Enorme avance que, en el imaginario del Ministerio de Cultura del Perú, el arte contemporáneo abarque no solo al arte de herencia europea. En la colección de arte contemporáneo del MALI están las Tablas de Sarhua –actualmente son parte de la exposición Memorias de la Ira, llevadas por el MALI al Museo Carrillo Gil, México–. Lo anterior corresponde a los Derechos Culturales: no ser segregado –del “arte contemporáneo”– por la identidad cultural. Se trata de un proceso que merece profundizarse. Estemos atentos a esto: el arte viene siendo enemigo del pueblo y carece de importancia social. Ha sido diagnosticada la ausencia de reconocimiento de la diversidad cultural (Política Nacional de Cultura, Ministerio de Cultura, 2017). PUEDES VER Empezó el VI Festival Internacional de Títeres En el mundo del arte aparece normalizado el racismo cultural, y los artistas, por acción u omisión, somos responsables de esto. Están en marcha, en diversos países, procesos de reforma que son ejemplos de buenas prácticas. Entre ellos, Diversidad y Nación del Museo Nacional de Colombia, Verboamérica del MALBA, Modernidades Plurales del Centro Pompidou. Necesitamos apropiarnos críticamente de lo que nos es útil, el objetivo es hacer realidad la interculturalidad: que la historia del arte –museos, escuelas, prensa cultural– posibilite el diálogo con respeto entre peruanos de diversas herencias culturales. Argumentar, destacar, que en la selección Arcomadrid 2019 no aparecen los nombres de artistas de preferencia de algunos es reforzar la idea de que todo gira alrededor del artista de clase media limeño. Siendo un país con múltiples brechas y divisiones entre peruanos, es previsible que surjan voces señalando sesgos y ausencias (o argollas y marginación). Hay mucho dolor y frustración acumulada en el artista no visible, no valorado, no venta. Pero: ¿te interesa a ti, artista aspirante a ser parte del sistema del mercado de arte, ser protagonista del debate público y aportar a resolver el problema de la débil legitimidad democrática de la institución arte en el Perú? PUEDES VER Reconocimiento a los ganadores del Premio Nacional de Cultura 2018 El debate debiera ser acerca de cómo encarar los retos para salir del escenario de la poca legitimidad democrática de la institución arte; el cual implica no solo profundizar procesos de transparencia en cómo y quiénes determinan selección a bienales o ferias, sino, además, considerar con equidad los distintos modos de creación artística de la diversidad. El artista debe ser capaz de responder a las preguntas: ¿qué es el arte peruano contemporáneo?, ¿quiénes lo representan mejor y por qué?, ¿cuáles son nuestras instituciones del arte, cómo deben ser, quiénes deben liderarlas; qué dinero –de dónde– debe sostenerlas? El artista debe capacitarse para ser motor del cambio. Hacerlo será útil, además, para fortalecer la capacidad del sector como gremio. Mientras sigamos siendo voces atomizadas, nuestra incidencia será limitada. PUEDES VER El periódico New York Times seleccionó novela "Cinco esquinas" como una de las mejores del 2018 Lastimosamente ya no llegará a Lima la exposición “Memorias del subdesarrollo y el giro descolonial en el arte de América Latina, 1960-1985”. Esto es: la aparición de un pensamiento descolonial en las prácticas artísticas de la región entre principios de los años 60 y mediados de los 80, el cual cuestiona modelos culturales y estéticos impuestos por Occidente; toma una distancia crítica del canon y vocabulario formal de la modernidad; incorpora saberes locales, expresiones populares y vernáculas a su producción; reconoce el valor de las manifestaciones culturales que surgen de las condiciones de pobreza material, y establece un diálogo con dichas formas culturales. Bien claro: la “distancia crítica del canon y vocabulario formal de la modernidad” implica recusar su matriz colonial. Arte al Paso de Huayco EPS (1980) es ejemplo de nueva práctica artística en la región. ¿Pintó cuadros de caballete Huayco?, ¿sus obras son de contenido autoexpresivo?, ¿se expresaron con línea, color, forma, textura –el vocabulario visual del lenguaje moderno–? Para nada. Nuevo escenario, el mundo cambia, surge un nuevo paradigma artístico. ¿Lo nuevo que reemplaza a lo viejo-caduco, el triunfo de la posmodernidad? Esto significa que el arte crítico limeño, por décadas considerado no arte, ahora es reconocido y valorado. Digo esto porque participaré en Arcomadrid 2019 en la galería Henrique Faría, con obras de acción gráfica creadas en los años de la violencia (1980-1990). Estoy seguro de que si el énfasis de los curadores hubiera sido mirar y difundir, el periodo del arte moderno en el Perú, otros hubieran sido los artistas seleccionados. Esperemos a que se despliegue la participación de Perú en Arcomadrid 2019, en la feria y ciudad. Importa opinar estando informados de las propuestas curatoriales y analizando las obras de los artistas en su contexto.