Cada vez es más usual recibir una cañita de papel cuando se pide una bebida en un restaurante. Los sorbetes de plásticos son reemplazados por alternativas que son, supuestamente, más amigables con el medio ambiente. Sin embargo, un reciente estudio evidenció que algunas opciones no son tan inofensivas como la publicidad plantea.
Un equipo de científicos, de Bélgica, examinaron las concentraciones de sustancias poli y perfluoroalquilas (PFAS) en 39 marcas diferentes de pajitas, fabricadas con cinco materiales distintos: papel, bambú, vidrio, acero inoxidable y plástico.
La mayoría de marcas de cañitas de papel tenían componentes químicos tóxicos. Foto: Shutterstock
Los resultados, compartidos en Food Additives & Contaminants, advierten que estos componentes dañinos, no solo para el ambiente, sino para la salud humana, se detectaron con mayor frecuencia en materiales de origen vegetal, como el papel y el bambú.
Asimismo, las únicas cañitas que salieron invictas de PFAS fueron las de acero. “Se encontró que PFAS estaba presente en casi todos los tipos de pajitas, excepto en las de acero inoxidable”, afirman los científicos.
Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) son un grupo de más de 12.000 productos químicos con propiedades repelentes al agua y resistentes al fuego, tal como se indica en el documento de la investigación. La mayoría de estos elementos se descomponen muy lentamente; además, son acumulables y potencialmente tóxicos para los seres humanos, animales y el medio ambiente, según estudios.
De acuerdo con la investigación, se hallaron PFAS en el 90% de las marcas de sorbetes de papel. Al respecto, este es el material que más posee este componente. A ello, le siguen las cañitas de bambú, que contenían los químicos tóxicos en el 80% de las marcas.
Luego, con un 75% de marcas con PFAS, están los sorbetes de plástico y un 40% respecto a las marcas de pajitas de vidrio.
Los PFAS están relacionados con efectos adversos en los sistemas reproductivos e inmunitarios, tanto de humanos como de animales, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. Entre los riesgos a la salud están aumento de riesgo de cáncer, perturbaciones de la hormona tiroides, aumento de niveles de colesterol, disminución de la respuesta a las vacunas en los niños.
A partir de los hallazgos, se encontró que los humanos ingieren grandes cantidades de PFAS por medio de los sorbetes hechos de materiales vegetales. Aquello representa un peligro para la salud, pese a que el uso de estos utensilios puede ser ocasional.
"Pequeñas cantidades de PFAS, si bien no son dañinas en sí mismas, pueden aumentar la carga química ya presente en el cuerpo", declaró, al portal Phys, el doctor Thimo Groffen, autor principal del estudio.