El pasado 11 de febrero de 2022, varios observatorios terrestres y espaciales fueron alertados de una inusual fuente de luz visible que había sido captada en una región del cielo nocturno donde antes no había nada. Según los primeros cálculos de los científicos, la luz emitida era tan potente como 1.000 billones de soles.
Ahora, casi 10 meses después, un equipo internacional de astrónomos, dirigido por Matteo Lucchini y Dheeraj Pasham, sugiere que dicha señal, denominada AT 2022cmc, fue el resultado de que un agujero negro supermasivo —aquellos que se encuentran en el centro de todas las galaxias— devorase una estrella cercana y expulsase sus restos en dirección a la Tierra.
El fenómeno ha sido descrito en un artículo de Nature Astronomy.
Ilustración de un agujero negro rodeado de material sobrecalentado y arrojando chorros de materia. Foto: ESO / M. Kornmesser
Inicialmente, la brillante señal AT 2022cmc fue confundida como una explosión de rayos gamma, que son los eventos más luminosos que se pueden encontrar en el universo.
Sin embargo, luego de que 21 telescopios que observan el cosmos en distintas longitudes de onda —entre ellos el Hubble de la NASA y el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (ESO)— apuntaran a AT 2022cmc, notaron que el evento era “100 veces superior que el resplandor más poderoso del estallido de rayos gamma”.
Por esa razón, los autores sugirieron otra teoría para explicar la extrema luminosidad: un agujero negro supermasivo ubicado a 8.500 millones de años luz había desgarrado una estrella y, en un evento casi fortuito, había expulsado chorros de materia en dirección hacia nosotros.
Tales condiciones habrían hecho que este fenómeno, también conocido como “eventos de interrupción de marea” (o TDE por sus siglas en inglés), sea el más brillante observado y que también se haya captado en longitudes de onda ópticas, la región del espectro electromagnético visible por el ojo humano.
Emisiones electromagnéticas durante un evento de interrupción de marea de un agujero negro. Foto: ZTF / R. Hurt (Caltech / IPAC)
Detectar más “eventos de interrupción de mareas” en el futuro será útil para conocer qué tan rápido giran los agujeros negros supermasivos, la velocidad a la que se alimentan y cómo crecen y dan forma a las galaxias que esconden.
Según Dheeraj Pasham, uno de los autores, para que se produzca un chorro de materia tan intenso, el agujero negro debería estar en una fase extremadamente activa, lo que describe como un “frenesí de hiperalimentación”.
“Probablemente, se esté tragando la estrella a razón de la mitad de la masa del sol por año”, estima Pasham. “Gran parte de esta TDE ocurre desde el principio, y pudimos detectar este evento desde el comienzo, dentro de una semana desde que el agujero negro comenzó a alimentarse de la estrella”, añadió.