Caminata en la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas (Lima, Junín) para descubrir escenarios espléndidos que mezclan la belleza natural con milenarios vestigios arqueológicos. ,Luis Pérez / Revista Rumbos I Estación. Es Viernes Santo. El frío se ahuyenta con los primeros chispazos del sol andino. El cielo luce celestial, sin pecado original. Reflexión. Cristo siendo condenado, Poncio Pilato lavándose las manos... Adiós meditación, aquí no hay sentencias ni castigos. Solo bendición divina en la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas. PUEDES VER: TAM Viagens y LANTOURS son ahora LATAM Travel Encanto paisajístico en Nor Yauyos Cochas. Foto: Ángel Chávez II Estación. Parada en el abra Portachuelo para pedir permiso a la Pachamama. Ofrenda de hojas de coca, aguardiente, frutas, cigarrillos y caramelos. El alimento de los expedicionarios será el fiambre y el agua. Ninguno cargará una pesada cruz, solo una ligera mochila para llevar lo indispensable. III Estación. Los primeros pasos son un desafío a más de 4 735 m.s.n.m. Buscan encontrarse con el Qhapac Ñan o Camino Inca. Lo consiguen. Camino empedrado. Los primeros resbalones, las primeras caídas. IV Estación. No hay marcha atrás. La caminata continúa. Los peregrinos se encuentran con la madre naturaleza convertida en espejo de agua, luego de descender los más de 500 peldaños de Escalerayoc. V Estación. Descanso. Un respiro. Tiempo de 'atacar' el fiambre. Fin del reposo. Es momento de visitar la cueva de Cuchimachay, donde se encuentran pinturas rupestres. Hay quienes no quieren dar ni un paso más. Los guías lo ayudan. Dan una manito. VI Estación. Ni modo. Todos caminan. Están decididos. Están dispuestos a dejar hasta su último aliento en los dominios del apu Pariacaca. La caminata es extenuante, pero los exploradores no cejan en su esfuerzo. Foto: Ángel Chávez VII Estación. Más ascensos y descensos que producen las segundas caídas. Aun así, las miradas se levantan para avistar camélidos andinos, cautivantes cataratas y Culebrayoc, una formación rocosa semejante a una serpiente. VIII Estación. Pero hay caminantes que ignorar esos detalles paisajísticos. Están exhaustos. Lloran. No pueden continuar. Se sienten derrotados... pero ocurre un milagro: reaccionan, sacan fuerzas de donde sea. IX Estación. Avanzan despacio, pero las fuerzas escasean. Caen por tercera vez. Se levantan. Son valientes, aguerridos. Retornan al camino. X Estación. El calor es inclemente. Es mejor despojarse de algunas prendas. Chullos, chompas y casacas afuera. Todo vale para continuar en la ruta. Pintura rupestre en Cuchimachay. Foto: Ángel Chávez XI Estación. La caminata debe continuar por un angosto sendero. Varios metros abajo esta el lago Mullococha. ¿Un fiel acompañante o una advertencia contra los malos pasos? XII Estación. Los corazones se aceleran a mil por hora. El camino parece no tener fin. Ni modo. Así es la ruta. XIII Estación. Más pasos bordeando las montañas. Cuando parece acabarse uno, aparece otro. Es interminable. Pero la madre tierra dice: ¡Hasta ahí nomás! Ella recibe a sus hijos con el avistamiento de Tanta (Yauyos, Lima). XIV Estación. Fin del trekking. Más de ocho horas de caminata en los senderos de Nor Yauyos Cochas y ante los ojos del nevado Pariacaca. XV Estación. Los andariegos resucitan con un buen caldo de cordero. El cuerpo está operativo para el siguiente rumbo: salir en busca del apu Pariacaca. Así sea. Una apacheta en la ruta hacia Tanta. Foto: Ángel Chávez Nota de redacción: Un agradecimiento especial a los profesionales de Andina Travel Tours que acompañaron al equipo de Rumbos.