Un día, en la sala de su casa, doña Isabel encontraría a una muñeca que cambiaría su vida para siempre. Esta es su historia., Luis Pérez / Revista Rumbos Abandonada, sucia y sin prendas. Así estaba en la esquina de la sala, entonces, comenzó a desenredar con suavidad su dorada y enmarañada cabellera, mientras le susurraba: “hijita, yo te cuidaré mucho todos los días del año”. PUEDES VER: Ecos del Día del Trabajo: Emilia, la apasionada mujer del arte Sus 'hijitos' atraen la atención de los turistas que recorren el Centro Histórico de Lima. Foto: Luis Pérez Así es como Isabel Montero recuerda y revive el momento que cambiaría su vida por completo. “Ni bien la vi, opté por llevármela a mi casa para vestirla”, cuenta. Pero el tiempo pasaba y no cumplía su propósito. La frase ‘lo mejor siempre tarda en llegar’ se transformó en un… misión cumplida. Telas e hilos multicolores resaltaban la belleza de la risueña mujercita que rescató aquel día. Así empezó la gran historia de ser la mamá de una 'cholita cusqueña'. Pero había un detalle: no era de carne y hueso, como sus otros hijos. Y es que ese personaje que se integró a su familia era la muñequita que Mayra, la traviesa sobrinita de Isabel, había dejado tirada en una esquina de la sala. Algunas de las prendas confeccionadas por Isabel. Foto: Luis Pérez “Solo por curiosidad le confeccioné un vestidito de cholita cusqueña. La traje aquí y, en menos de una hora, me preguntaron si estaba en venta. Atraía muchas miradas de los turistas”, confiesa, entre risas. Es ahí que decide comprar Barbies para quitarle las prendas extranjeras y colocarles trajes típicos. Así innovaría el mercado. “Las visto de marinera, huayno, festejo, diablada puneña y más”, detalla la 'modista' de las muñecas, quien luego de intentar ser enfermera, prefirió encaminarse por la docencia en arte. “Estudié en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle (Cantuta), donde perfeccioné los saberes heredados de mi madre, también artesana”. Saberes evidenciados en los trajes, telares, polos, bisuterías, chullos, ponchos y chompas que ofrece a los amantes de la artesanía peruana, todos los días del año, sin importar fechas especiales o feriados. Ella está ahí, dentro de una vieja casona, frente a la iglesia de San Francisco en el Centro Histórico de Lima. La esquina de la artesanía. Foto: Luis Pérez El dato Doña Isabel ahora también peruaniza a Ken, novio de Barbie. En Rumbo Dónde: Artesanía Perú Montero, jirón Lampa 200 / Teléfono: 985 955966.