La primera semana de agosto la provincia de Yauyos (Lima) celebrará el 195 aniversario de creación política, razón por la que hemos decidido presentarles sus platos típicos, con el objetivo de tentarlos a visitar esta tierra. , Luis Pérez / Revista Rumbos Frío a 2 900 m.s.n.m. Es de madrugada en Yauyos, el corazón de la provincia limeña del mismo nombre. A esa hora en la que muchos siguen entregados al descanso, varias mujeres inician sus ajetreos gastronómicos. Sus quehaceres desperezan hasta a los gallos y se dice que el aroma de sus preparados es capaz de despertar al Sol, para que aleje con sus rayos a las bajas temperaturas. PUEDES VER: Tupe: El universo jaqaru Y es que ni bien amanece, en la capital yauyina se desata una celebración de sabores. Y es que cada bocado arma una fiesta en los paladares, de esas que se viven aquí -con arpas o tinyas- en tiempos de carnavales, herranza, fiestita patronal, limpia acequia y, también, en el aniversario provincial que se vive y se disfruta la primera semana de agosto. Pero en Yauyos -con fiesta o sin ella- siempre habrá algo rico que comer y compartir. Sea en los fértiles campos, en las casas del pueblo o en el puente que cruza el río, se preparan suculentos caldos de patasca capaces de resucitar a quienes se dejan vencer por los embriagantes efectos del chamiscol. Al 'volver a la vida', si el comensal es un viajero recuperará las ganas de enrumbar hacia los diferentes rincones de este territorio heroico y guerrero; entonces, caminará por la Plaza Constitución, hará fotografías en el atrio empedrado del templo colonial. Luego, sus pasos se dirigirán a El Molino para observar el discurrir del río o hacia el Mirador, donde contemplará el pueblo y los cerros Ñaupahuasi y Shashaco. Después de alimentar el alma con esas imágenes, es tiempo, otra vez, de explorar los sabores de la provincia. Regreso al centro. Restaurantes para todos los gustos y bolsillos. Qué elegir: pachamanca, trucha frita, un chupe o un patache (sopa de trigo, habas, frijoles y verduras con huesos de res o lonja de chancho), yuyo guisado, picante de olluco, charqui-canca (charqui de cordero asado) y un largo etcétera hasta llegar a los postres. Y como estamos en una tierra de las calabazas, una mazamorrita de ese fruto de la Pachamama cae como anillo al dedo, antes de refrescar a la garganta con una chicha de jora o una aloja (chicha de maíz morado). Para espantar el sueñito, fiel acompañante de la digestión, visite las chacras, con un poco de suerte podrá participar en la siembra o la cosecha, además de ordeñar al ganado. Una experiencia ciento por ciento vivencial. Después de esos avatares, es más que seguro que los agricultores compartan con usted su vianda. Ese es su cariño por visitar su tierra: Yauyos, el destino donde los ajetreos culinarios se inician antes de que cante el gallo y el sol aleje las bajas temperaturas. En Rumbo La ruta: De Lima a San Vicente de Cañete por la Panamericana, desvío a Imperial. Seguir por la carretera hasta Magdalena del Río. Nueve kilómetros hacia la izquierda está Yauyos, la capital de la provincia del mismo nombre.