Puerto Chata (Satipo Junín) es el punto de partida de una travesía por un río alborotado, cuyas aguas se apaciguan en la playa Meretari, un destino ideal para desconectarse del mundo. , Luis Pérez / Revista Rumbos Complicaciones. Suele pasar que no se encuentra el eje inspirador para iniciar una crónica viajera, pero no es nada del otro mundo escribir que la embarcación enciende sus motores con la intenciòn de ir río arriba y alejarse rápidamente de Puerto Chata (Río Tambo, Satipo), bajo un cielo en llamas. PUEDES VER: Ciudadanos de Oxapampa rechazan proyecto de remodelación de su Plaza de Armas Así de simple, sin muchas pinceladas narrativas, nació la primera oración que le dará pie a la siguiente: las torrentosas aguas del Perené golpean la nave sin piedad. Es su fuerza, es su naturaleza. ¿Qué se puede hacer? Aumentar la velocidad. La embarcación va con todo. Divide en dos el sendero fluvial. Las olas que se forman tras ese pase impetuoso hacen tambalear a las humildes lanchas ubicadas en las orillas. Otro párrafo: No es extraño pensar que, tarde o temprano, la embarcación estará de cabeza. Pero ese presentimiento tortuoso, es borrado mágicamente por el hechizo de la selva. Claro, siempre y cuanto se tengan las tres llaves que abren ese mundo verde y exótico: tranquilidad, buen ánimo y atrevimiento. “La siguiente parada es un paraíso”, arenga el timonel. “Ya vamos a llegar”, se involucra al diálogo Walter Díaz, aventurero y guía local. Los viajeros se emocionan. Observan a todos lados. El escenario es el mismo: verdor infinito. Más kilómetros de recorrido. La travesía acuática continúa. Una curva. La velocidad disminuye. Cambio de panorama. Adiós orillas rocosas y tupidas de vegetación. Bienvenidos a la playa de la quebrada Meretari. Un paraje de ensueño que no tiene nada que envidiar a las bahías costeñas que solo son concurridas al máximo en los veranos. Y es que aquí, disfrutar del sol, de la arena fina y del agua dulce, es un placer que se vive los 365 días del año. Claro, sin el bullicio del amigo heladero, la señora que ofrece algunos categóricos cebiches o la hermana de la misma dama que tienta a los bañistas con las cervecitas. Bueno, nada de eso y tantas cosas clásicas de los balnearios del Pacífico existen en este rinconcito de la Selva Central. Un destino que te desconecta del mundo que camina a mil por hora. Sí, donde habitan periodistas que se ahogan en un vaso de agua para iniciar sus relatos. Menos mal ese no fue mi caso. En Rumbo Ruta: De Satipo (Junín) hasta Puerto Chata (Río Tambo). Tiempo: 1 hora aproximadamente. Tours: Rupícola Expeditions (T: 98 4805547) o Tambo Perú Tours (T: 96 1977114). Viajes: Planifique esta y otras travesías en www.ytuqueplanes.com.