Inaugurado en 2014, la 'otra casa' del Señor de los Milagros combina lo histórico con el arte sacro, lo vivencial con lo devocional. , Luis Pérez / Revista Rumbos Mucho se ha escrito y mucho más se seguirá escribiendo sobre el Señor de los Milagros. Pero lo que no se cuenta demasiado es sobre los sueños de las Madres Nazarenas Carmelitas Descalzas de tener un museo para difundir la tradición viva y historia de más de tres siglos del Cristo Moreno. PUEDES VER: Ica: testimonio de fe de los peregrinos del desierto Y ese anhelo -o digamos milagro- se hizo realidad un 21 de octubre de 2014. Desde ese día, a pocos metros del lugar del surgimiento de esta historia, se abrieron las puertas de un recinto de tres pisos dividido en seis salas que combina lo histórico con el arte sacro, lo vivencial con lo devocional. La Sala de la Fundación posee cuadros y reliquias religiosas. Foto: Archivo Museo del Señor de los Milagros Y esa esencia de devoción popular y arte religioso se siente ni bien se ingresa al espacio museológico; entonces, en las retinas se impregna una imponente réplica a tamaño original (4 metros de alto por 2 de ancho) de la imagen del Cristo de Pachacamilla pintada a mediados del siglo XVII. Ese es tan solo el comienzo de un recorrido que genera admiración. Y es que en la sala de exposiciones itinerantes se observa un video que explica la devoción al Cristo Morado y la identidad que comparten millones de peruanos cuando llega octubre, la Navidad de los nazarenos. También se exhibe una colección de pinturas del siglo XVIII. En otro ambiente se observa una infografía del Señor de los Milagros en el mundo, es decir, un listado de los 22 países (incluido Perú) donde el culto se ha extendido y se practica con fe. Es aquí donde los hechos religiosos se combinan con la información que envían los peruanos en el extranjero. Una pared muestra placas que testimonian los milagros del Cristo de Pachacamilla. Foto: Archivo Museo del Señor de los Milagros Fundación y fe Con paso firme de buen cristiano, se llega a la Sala de Fundación. "Fue el primer espacio donde se colocó el legado artístico que recuperaron las madres Nazarenas", viaja en el tiempo la jefa de Comunicaciones, María Rosa Álvarez. "En aquel tiempo solo era para determinadas personas por ser un convento de clausura", añade. De izquierda a derecha se hace el recorrido que cuenta detalladamente el nacimiento del culto a través de una línea de tiempo. Desde que un esclavo africano pintó la imagen del Cristo crucificado en un muro de adobe, hasta el aporte de un rosario de personajes que se convirtieron en los pilares de la veneración. Casi al finalizar, una amplia pared morada es el reflejo de las gracias concedidas por el Señor de los Temblores. Son los milagritos en forma de órganos humanos, animales, casas o autos que los fieles dejan. "E incluso, se llegó a fundir una cantidad para el marco de plata de la réplica que está al ingreso del museo", ilustra Álvarez. Fe y devoción en la Sala Octubre en procesión. Foto: Archivo Museo del Señor de los Milagros Desde aquí si se camina a paso de procesión. Y es que la Sala Octubre dentro de casa es el reflejo de los casi 25 días que la imagen procesional pasa en el santuario. También se divisan fotografías de como se arma el anda dos sábados antes de la primera salida del año. Más allá está la Sala Octubre en procesión, donde se exhiben imágenes y reliquias que revelan las costumbres y expresiones culturales durante los cinco recorridos tradicionales. Además se conoce una muestra de objetos de las 20 cuadrillas de cargadores, las cantoras y las sahumadoras. En el tercer nivel del museo está lo más típico de un convento. Ornamentos, casullas bordadas con hilo de oro y plata, y lienzos sacros. Otra pequeña salita atesora reliquias (custodias y crucifijos) adquiridas en 1771 para la inauguración de la iglesia del Señor de los Milagros. Al concluir el recorrido se dará cuenta que conoció los más de tres siglos de historia y tradición del Cristo de Pachacamilla. El mismo que vive a unos metros de esta, su segunda casa, 'la casa de todos los peruanos y posada de los que lo aman'. Los datos El arquitecto José Antonio Vallarino, quien es patrón de anda, estuvo a cargo del proyecto del museo. También trabajó la Capilla de la Reconciliación, aledaña al santuario. Liliana Canessa es al directora del museo, ella restauró el lienzo y el muro del Señor de los Milagros en los años 90. Lo recaudado en el museo se utiliza en obras sociales de las Madres Nazarenas, entre ellas un comedor de niños y para adultos mayores. En Rumbo Dónde: Jirón Huancavelica 583, Centro Histórico de Lima. Horario: lunes a domingo: 9:00 a.m. a 7:00 p.m. (solo por octubre). Los otros meses de martes a domingo de 9:00 a.m. a 4:00 p.m. Costos (o donación): 5.00 nuevos soles. Para escuelas acreditadas hay una tarifa especial.