Ese es el compromiso solidario de la Fundación Amazonía Viva (Fundavi), que ejecuta un proyecto de reforestación de los bosques con especies nativas en San Martín, con el financiamiento de Pur Projet de Francia y la prestigiosa cadena AccorHotels. , Luis Pérez / Revista Rumbos Mediodía. Sonido amazónico a orillas del torrentoso río Huayabamba. Tranquilidad en Pucallpillo, un humilde caserio sembrado en el verdor infinito de Huicungo (Mariscal Cáceres, San Martín). De pronto, aparecen dos hombres. Son los hermanos Lindley y Darwing Caballero, ellos llevan una jaba repleta de plantas que serán sembradas en una parcela cercana. PUEDES VER: La delirante e interminable fiesta de la Santísima Cruz de los Motilones en Lamas Esas tierras son parte de la finca forestal de Cristian Saavedra, un agricultor que hace cinco años recuperó el suelo degradado para iniciar una actividad que cambiaría las costumbres de los comuneros. Y es que entre los años 2000 y 2010, la región San Martín presentó la mayor pérdida de cobertura forestal de su historia. La ayahuasca, la planta sagrada de las comunidades amazónicas, también fue sembrada en Pucallpillo. Foto: Ángel Chávez En ese periodo, la preocupación se apoderó de las organizaciones de pequeños productores de las comunidades. Es así que nació la Fundación Amazonía Viva (Fundavi), con la intención de promover la conservación y reforestación en la región por un periodo de 40 años, de acuerdo a los compromisos de manejo sostenible, asumidos por los productores. Árboles de capirona en las orillas del río Huayabamba. Foto: Ángel Chávez Los comuneros reciben 1 100 plantones gratuitos por parcela. Después de un par de meses, se realiza el control y vigilancia comunitaria para determinar cuantas plantas quedan vivas, obteniendo un sol por cada una de ellas. Ese dinero es utilizado para darle continuidad al proyecto de reforestación de jubilación segura. Un estímulo que le permite al agricultor a hacer gastos de deshierbo y repotenciar la zona. Por su rápido crecimiento y aprovechamiento comercial, la capirona es la planta que más se siembra en las áreas reforestadas. Este árbol puede llegar a medir hasta 45 metros de altura y su diámetro alcanza hasta un metro. Pero, lo que es mejor, al ser cortada vuelve a brotar. Eso es lo que ocurre, después de unos días, con aquellas que ya han pasado el proceso de raleo. Cristian Saavedra muestra orgulloso sus plantaciones. Foto: Ángel Chávez Según el método de siembra tupida, los árboles compiten por luz y crecen veloces, pero algunos se quedan en el camino por lo que son talados y comercializados por un valor de hasta 50 soles. “En 15 años, aproximdamente, las capironas habrán llegado a su adultez y serán enormes. Cristian, por ejemplo, podrá tener un ingreso de 350 000 soles”, afirma el director Ejecutivo de Fundavi, Roldan Rojas. El máximo representante de Fundavi sostiene que una de las piezas claves en el financiamiento de la reforestación es AccorHotels, la operadora líder mundial de hoteles que, desde 2013, a través de su proyecto global Plant for The Planet recauda fondos para seguir pintando de verde la región San Martín. Así, los hermanos Caballero pueden cargar más jabas con plantas. Así, Cristian tiene la posibilidad –como mucho más agricultores– de continuar conservando y sembrando vidas para un mundo mejor. Las maderas obetenidas en el raleo son comercializadas. Foto: Ángel Chávez Los datos La Fundavi está integrada por las asociaciones de productores agroforestales de Pucalpillo, Huicungo y Santa Rosa, también por la cooperativa Oro Verde. Las 21 comunidades son asistidas permanentemente por técnicos de campo, gerentes comunitarios y especialistas en conservación de bosques. La cadena hotelera AccorHotels ha contribuido con la siembra de 30 000 árboles en San Martín.