El Papa pidió perdón por los abusos sexuales en el clero, pero no mandó a ninguno de sus curas a los tribunales, los mandó a alguna romántica villa italiana. Ayer defendió fastidiado al obispo chileno acusado de ser encubridor de curas pedófilos, al grito histérico de “¡calumnias!”. Ahora está aquí, con nosotros, justo donde no debía estar, en el celestial Perú post indulto, donde acabamos de ver a Fujimori haciendo un show del perdón muy similar. Aquí le espera la última cena con el enfermo terminal imaginario, el traidor PPJudas y la reconciliación de pacotilla, que su presencia ayudará a santificar. El mensajero de Dios es ahora mismo la mejor estrategia de marketing para un ejecutivo en decadencia con la peor aprobación de su historia. Y por eso no han escatimado un sol para alfombrarle el camino a su paso. A Francisco lo recibe un gobierno fraudulento, que indultó a un violador de derechos humanos y corrupto como canje político. No es poca cosa lo que ha venido a avalar Pancho. Qué lúgubre concubinato de siglos el de la Iglesia y el Estado, juntos y arrodillados en la homilía, dándose golpes de pecho hueco, haciendo ambos la vista gorda ante sus respectivos crímenes, dándose de comer mutuamente las hostias de la verguenza y brindando con nuestra sangre. Y también lo recibe, claro está, el excelentísimo Cipriani. Ardo en deseos de ver la foto del Papa del pueblo y nuestro Arzobispo facho, ese otro gran defensor de dictadores, odiador de niñas y mujeres, inquisidor de gays, lesbianas y abortistas, cabeza de las marchas por la vida que son marchas por la muerte. Sin embargo, se anuncia boicot. La Aráoz del 'Baguazo' ya ha advertido que “no habrá garantías” para quienes decidan marchar contra el Papa. Mañana te van a gasear y terruquear por señalar a quien protege violadores e indulta asesinos. A ti, oveja descarriada del rebaño del señor. ❧