Solo aumentaron las cifras. Pasaron 12 años desde que se elaboró el proyecto y hasta ahora no se culmina vía que dará solución al congestionamiento que ocurre en la Variante de Uchumayo. De 80 millones de soles pasó a cerca de 600 millones. Obra fue concebida en la gestión de Daniel Vera, que la concesionó. Guillén desarrolló proyecto sin terminarlo. ,Desde hace doce años se pretende construir una nueva carretera para descongestionar el ingreso y salida de la ciudad. Hasta tres autoridades regionales impulsaron el proyecto Arequipa - La Joya. Sin embargo, de los 40 kilómetros de vía que debían habilitarse solo se hizo 16. Y lo único que creció en este tiempo es el presupuesto. De 80 millones de soles que valía en 2004, pasó a 590 millones de soles a 2016. La vía resulta de urgente necesidad para liberar la Variante de Uchumayo por donde pasan seis mil unidades diarias. Un vehículo que va por Uchumayo a la Panamericana Sur demora más de hora y media. Con la futura autopista el tiempo se reduciría a menos de la mitad. PUEDES VER: Yamila Osorio: "El alcalde no es una dama para que yo vaya a buscarlo" Desde su concepción ha pasado por varias dificultades. En un inicio se planificó darlo en concesión a un privado para que lo ejecute y lo administre. Luego se manejó la posibilidad de que sea mediante Asociación Público - Privado (APP), es decir, que el Estado y una empresa lo financien. En la gestión de Juan Manuel Guillén se hizo el primer tramo - mediante administración directa, con recursos del Gobierno Regional de Arequipa (GRA). Tras problemas legales y de financiamiento se volvió a la idea de una concesión y ahora se maneja la posibilidad de una APP. El gran obstáculo de este proyecto es la falta de dinero. Además de los casos de presunta corrupción que investiga el Ministerio Público. La historia de una vía En noviembre de 2004, en la gestión del expresidente regional Daniel Vera Ballón, el consorcio Gestor y Constructor (Congesco) presentó una iniciativa privada. Quería elaborar los estudios, ejecutar la obra y recuperar su inversión mediante el pago de peajes. En julio de 2005, el GRA y Congesco suscriben el contrato. La obra costaría poco más de 80 millones de soles y el privado tendría la concesión de la vía por 30 años. Era el último año de la gestión aprista. Congesco tenía 60 días para presentar el perfil técnico y económico del proyecto y seis meses para los estudios. Pero no lo hizo ni ejecutó la obra debido a la falta de respaldo financiero. Así pasó un par de años y pese a que la empresa consiguió un socio financista no llegaron a cumplir su compromiso. El expresidente regional dijo que ellos dejaron la vía concesionada lista para su ejecución. Y si la empresa no contaba solvencia económica, la nueva gestión debió hacer efectiva la carta fianza y se aplicaba la multa. En enero de 2007, Juan Manuel Guillén Benavides asume la gestión regional. Ante los retrasos e incumplimientos del consorcio, en octubre, el Consejo Regional aprueba la anulación del contrato. Sin embargo, la gestión de Guillén no lo resolvió. Congesco aprovechó el tiempo y traspasó la concesión al consorcio Arequipa - La Joya SAC (conformado por Frompeca y MNV S.A). En diciembre de 2008, la nueva concesionaria y el GRA firman una adenda al contrato. Establecen nuevos plazos, pero se vuelven a incumplir. Para mayo de 2009 se firma otra adenda, que incluían modificaciones al contrato. Según el nuevo perfil, pasó a costar 210 millones de soles. Un incremento de 250% más. El exgerente regional del GRA, Berly Gonzales, explicó que el alza se debió porque incluyeron en el estudio un puente y dos túneles, componentes que no tenían el estudio anterior. Hasta ese momento se manejaba la modalidad de concesión por 30 años. Pero por problemas económicos del privado, el GRA cambia el modelo de inversión. Pasó de concesión a cofinanciado. La Región se comprometió a dar una partida de 100 mil soles aproximadamente (en efectivo y maquinaria). A cambio el tiempo de la concesión se reducía a 15 años. Estos cambios fueron observados por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y ordenó el cierre del proyecto. Pero el GRA nunca acató la orden. En agosto de 2009, Guillén recibe un oficio del entonces ministro de Transportes y Comunicaciones (MTC), Enrique Cornejo, donde indica que debe dejarse sin efecto la concesión, porque ellos lo asumirían. Guillen se niega a entregar el proyecto al Gobierno Central. La razón de la negativa, según Berly Gonzales, es porque la vía era regional y el GRA tenía la competencia de ejecutarla. Además - dice - el MTC tenía firmado un contrato con la empresa que había concesionado la vía de salida de Uchumayo y que cobraba el peaje. Querían cambiar todo el proyecto y volverlo a foja cero. Guillén no aceptó. Sin dinero La nueva empresa tampoco contaba con los recursos para financiar la obra. Ante ello en marzo de 2010 se declara el proyecto en desequilibrio financiero. Se suspende el contrato y el GRA resarció a la empresa con más de 7 millones 466 mil soles por los gastos hechos en los estudios. La obra se convirtió en una obsesión de Guillén. Se inician los trabajos bajo la modalidad de administración directa. El GRA divide la obra en etapas. A medio avance de la primera tienen problemas, la concesionaria que hizo los estudios no obtuvo el Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA) y la presentación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) tenía deficiencias. Eso obligó a modificar el proyecto. La primera etapa se culminó a duras penas en diciembre de 2012. Se gastó 114 millones de los 210 millones de soles (total del presupuesto) en solo 16 km de los 40. Gonzales aclaró que el costo total de la vía solo fue de 86 millones, porque con el resto se compraron maquinarias que quedaron como activos para el GRA.