El milagro de la vida. Es captada a más de 5 mil metros sobre el nivel del mar, en las alturas de Lima y Junín, y desde ahí es traída a través de túneles, tubos y cauces naturales., ¿Dónde nace el agua que los limeños y chalacos reciben todos los días? La ruta inicia en las alturas de Lima y Junín, donde se ubican las represas Antacoto, Yuracmayo y Huascacocha, en las que se almacenan 331 millones de metros cúbicos del preciado recurso. Desde ahí sigue un camino largo hasta la planta de La Atarjea, donde es potabilizada y se convierte en el recurso que millones consumen. Veamos este viaje en detalle. En el distrito de Marcapomacocha, provincia de Yauli, región Junín, existe un sistema de reservorios de captación de agua de la cuenca del río Mantaro. Ahí hay 19 lagunas, entre ellas Marcapomacocha, la más importante, y las reservas de Antacoto, Yaracmayo y Huascacocha, que abastecen a Lima y el Callao, explica el analista de infraestructura civil de Sedapal Rómulo Carhuas. Después de que las aguas salen de los reservorios a través de cauces naturales, inician un recorrido hacia Lima siguiendo túneles, canales y sifones. "El agua que se almacena en canales llega hasta el túnel Trasandino, el cual tiene 10 kilometros de extensión. Solamente sirve para trasvasar el agua desde la zona de Cuevas, en Junín, hasta la salida de Milloc, en la región Lima", indica Carhuas. Este túnel Trasandino está en funcionamiento desde 1960. Se trata de una infraestructura tubular revestida de concreto, que traslada el agua de forma subterránea, al pasar por debajo de los cerros de la cordillera en Junín. "Toda el agua de Antocoto y Marcapomacocha pasa por este túnel y desde ese punto hasta el túnel Trasandino hay 10 kilómetros de canales. El mantenimiento de este túnel se da cada cinco años y esta labor está a cargo de la empresa Edegel", agrega. A la altura de Santa Eulalia abastece por túneles a las centrales hidroeléctricas que están a su paso, como Huinco, Callahuanca, Moyopampa y Huampaní, luego de lo cual las aguas que lleva se unen al río Rímac. Río contaminado “Aquí empieza otra historia”, sostiene Carhuas, refiriéndose a la contaminación que sufre el agua por mano del hombre: basura, relaves, etc. El costo por potabilizar el agua aumentó 40% en los últimos tres años, esto a consecuencia de la contaminación del río Rímac a lo largo de sus 127 kilómetros de cauce. "En el río se vierten residuos domésticos, industriales y mineros, según estudios de la Autoridad Nacional del Agua (ANA). Son 1.185 los focos contaminantes detectados", señala, por su parte, Jorge Gómez Reátegui, gerente comercial de Sedapal. Además, el crecimiento demográfico de Lima ha ocasionado el surgimiento de más asentamientos informales en las márgenes del río Rímac. Al no contar con un sistema de alcantarillado adecuado, ellos (los pobladores) arrojan al cauce residuos domésticos, tanto sólidos como líquidos, sin ser tratados. Es entonces cuando las aguas del 'Río Hablador' se ensucian con relaves y basura que arrojan las personas, empresas e instituciones. Entonces, el agua que baja de las lagunas ubicadas a más de 5.000 msnm pierde su calidad y pureza. Por ello el trabajo que hace la planta de La Atarjea es vital para que el agua pueda otra vez ser sinónimo de vida. “El agua tratada puede tomarse. Lo malo es la existencia de tuberías con más de 50 años, lo que afecta su calidad. Si a esto se le suma que la población la usa inadecuadamente, entonces hay menos probabilidades de tener el recurso que necesitamos con buena calidad”. Según Carhuas, esto no ocurre en otros países, porque usan aguas tratadas y realizan campañas permanentes para que la población no gaste indebidamente el agua. “No hay que olvidar que Lima está asentada en un desierto y las condiciones climáticas están variando, y a veces las lluvias se atrasan o llueve menos y por eso las represas que abastecen Lima no se llenan". Nacimiento del Rímac Otro foco de recolección de agua son las lluvias. Por ello Sedapal aprovecha el ciclo de precipitaciones que incrementan el Rímac para llenar sus reservorios. "El nacimiento del río Rímac se da en el nevado Paca, vertiente occidental de la cordillera de los Andes, a una altitud de 5.508 msnm, desde donde recorre las provincias de Lima y Huarochirí y es alimentado por los ríos Santa Eulalia, San Mateo y Blanco. Consumimos más agua de la necesaria El consumo de agua en promedio por persona debería ser 150 litros por día, pero la realidad nos indica que un limeño consume en promedio 250 litros. "Bañarse 5 minutos en ducha, con cabezales que arrojan 12 litros por minuto, significa que consumimos 60 litros. Y si se supera ese tiempo, es decir 7 hasta 10 minutos, estamos hablando de hasta 100 litros de agua que se pierde en cada baño", señala Gustavo Maldonado, jefe del equipo comercial de Sedapal. El funcionario señala algunos ejemplos que ilustran el problema: "los inodoros ahorradores tienen un consumo de 6 litros y cada persona usa cuatro veces el inodoro por día, es decir 24 litros de agua. Ahora bien, un inodoro malogrado permitirá la fuga de 150 metros cúbicos de agua, y esto significará al usuario el pago de 1.220 soles. "Para la limpieza del hogar se usa un balde de 5 litros; para lavarnos los dientes y afeitarnos usamos 10 litros. Y si sumamos el riego de las áreas verdes, dejando la manguera abierta, inundando el pasto en pleno sol y permitiendo que se evapore el agua, hablamos de grandes cantidades", álertó. En cifras 40 litros de agua ahorraría si se duchara durante solo 5 minutos. 150 l de agua se ahorran al lavar la ropa en lavadora. 331 mllns. de metros cúbicos almacenan lagunas y represas de las alturas de Lima y Junín.