Tiene defensores acérrimos, así como severos detractores, pero a Daniel Urresti no le preocupa ni siquiera el 2% que tiene en las encuestas. Está convencido de que su estilo, que califica de "directo" y "transparente", lo llevará al sillón de Pizarro. Si no lo logra, afirma que "se acabó y punto"., Su peculiar estilo confrontacional y de "mano dura" ha generado polémica desde el inicio. Daniel Urresti se lanza sin pensarlo dos veces. Así, el postulante presidencial del Partido Nacionalista no tiene ningún reparo en tildar de “candidato de los narcos” al líder aprista Alan García, ni en llamar “señora soberbia” a Keiko Fujimori, frases que mantiene, porque asegura que “lo son”. Ese modo de hacer política le valió tener la más alta popularidad de todos los miembros del gabinete cuando fue ministro del Interior: tuvo cerca del 60% en su mejor momento. Sin embargo, no parece haberle dado mucho resultado como candidato, pues se ha estancado en un 2% en las encuestas. Aunque él, dice estar seguro de remontar esa tendencia, argumentando que tiene poco tiempo en campaña. Urresti anunció su precandidatura con bastante anticipación. En junio pasado, fiel a su estilo, lo informó a través de los medios de comunicación. Entonces, el sondeo de la encuestadora GfK recogió un 3% de intención de voto para él, apenas un punto más de lo que ahora tiene. Pero solo en un mes bajó al 2%, que mantuvo hasta que renunció, a fines de octubre último, debido al juicio en su contra por el crimen del periodista Hugo Bustíos, cometido en Huanta en 1988, cuando el ahora aspirante presidencial era jefe de la Sección de Inteligencia del Cuartel Castropampa. En la carta que envió al presidente Ollanta Humala, dice que su decisión fue irrevocable porque el proceso judicial se prolongaría hasta por lo menos marzo, en plena campaña. Tres semanas antes había declarado una nueva testigo presencial del asesinato del corresponsal de Caretas: Isabel Rodríguez Chipana lo acusó no solo de haber participado en el crimen, sino de haberla violado para que no lo denuncie. Él se rió en plena audiencia. Urresti se incomoda con el tema, pero no lo evita. Aunque al principio dice que no puede hablar al respecto por las restricciones que ha impuesto la Sala Penal Nacional, termina por hablar al respecto. “Prácticamente el juicio se ha caído. Todos los testigos del fiscal más bien han declarado a favor mío”, asevera desde un cuarto de estudios en su casa, donde nos recibe. El abogado de la familia del periodista y miembro de la Comisión de Derechos Humanos, Hernán Barrenechea, aclara que el proceso está en etapa inicial, de presentación de testigos, que luego valorará la Sala. “Algunos de los testigos que ha ofrecido el Ministerio Público se han ratificado y otros, principalmente militares, variaron sus dichos. Luego se analiza las declaraciones”, enfatiza. El proceso tiene para varios meses más, pues luego se expondrán los documentos presentados por las partes, además aún falta una diligencia en el lugar donde ocurrió el crimen, los informes de los abogados y la defensa del mismo procesado, antes de dictarse la sentencia. Todo hace suponer que culminará bastante después de pasadas las elecciones presidenciales. En campaña Hace una semana acompañamos a Urresti por varios mercados de San Juan de Lurigancho, donde abrazó y se tomó fotos con todo el que se lo pedía, mientras otros solo lo miraban. Has visto cómo me recibe la gente, tengo feeling con ellos. Yo le pregunto a varios si reaccionan así con todos y me dicen que no. Eso se va a reflejar en algún momento en las encuestas. Has visto que más de la mitad de la gente por donde paso me apoya, lo mismo pasa en Villa El Salvador y en otros sitios. Daniel Urresti La República conversó luego con algunos de los pobladores que lo abrazaron en su recorrido, y la mayor parte sostuvo que quería escuchar sus propuestas así como las de los otros candidatos. Cuando se lo comentamos al candidato, de inmediato destacó: “Pero no me insultan”. E insistió en que su lógica se basa en que hay un “feeling”, así que confía en que votarán por él. Asevera que no ha ingresado a la política como una estrategia para afrontar el juicio por el caso Bustíos, sino para tratar de hacer algo por el país. “Si me lo permiten, estoy cumpliendo con mi conciencia, sino, se acabó y punto”, indica. Replica que no puede viajar tanto como quisiera porque tiene que asistir dos veces por semana a las audiencias. “Es una limitación”, admite. “Yo llegué a tener 8% en las encuestas antes de retirarme”, dice con satisfacción. Se refiere al sondeo que hizo Pulso Perú en enero del año pasado, que revelaba, además, que tenía mayor intención de voto que la ex premier Ana Jara, dirigente y fundadora del Partido Nacionalista, quien no fue incluida en la primera lista de postulantes al Congreso por dicha agrupación política aprobada en asamblea de delegados, la que ha sido impugnada. Diario La República Con el Gobierno Urresti se integró al partido oficialista diez días después de haber dejado el Ministerio del Interior. En nueve meses se convirtió en una autoridad mediática y polémica, no solo por su forma de expresarse y encabezar numerosos operativos en diversas partes del país, sino también por sus tuits incendiarios, en los que colocaba “chapas” a los principales adversarios del gobierno y de la pareja presidencial. El ahora candidato destaca que a pesar de ser militar en retiro, el presidente Ollanta Humala no ha llenado el Ejecutivo de miembros del Ejército. “Yo estoy entre los pocos que convocó y pienso que fue por mi trabajo”, remarca. Resalta que se hizo conocido por su alta calificación en temas vinculados a comunicaciones y tecnología de la información, especialidad en la que se había preparado dentro y fuera del Ejército, ya que estudió en la Universidad Federico Villarreal. Precisamente, por ello en el 2010 fue convocado por el entonces comandante general del Ejército, Otto Guibovich, para ser jefe de la primera brigada de Comunicaciones, con sede en Arequipa. No lo conocí mucho a lo largo de la carrera militar porque somos de diferente especialidad, pero me lo recomendaron para esta brigada, que era nueva. Me dejó impresionado su actitud, la dinámica que impuso. Otto Guibovich, ex comandante general del Ejército. Añade que Urresti logró integrar las áreas de comunicación que estaban desperdigadas en varias regiones. Agrega que no ha seguido su trayectoria como político, pero le desea mucha suerte. Al pasar al retiro, el candidato nacionalista trabajó la Secretaría de Gestión de Riesgos de la PCM. “Ahí descubrí que los servidores públicos creen que las normas son como las sagradas escrituras”, dice Urresti, enfatizando que son especialistas en decir por qué no puedes hacer las cosas y no buscar la manera de hacerlo. De allí pasó a ser alto comisionado contra la Minería Ilegal, donde dejó el perfil bajo, y después llegó a la cartera del Interior, y renunció en medio de críticas y denuncias. La más reciente es haber sido director general de Comunicaciones en la Casa Militar de Palacio de Gobierno en 1997, en plena dictadura fujimorista. Urresti reaccionó de inmediato y desmintió haber participado en acciones de espionaje y "chuponeo", y afirmó que su labor consistió solo en verificar que el presidente Alberto Fujimori nunca estuviera incomunicado. La decisión final la tendrán los electores.