La increíble capacidad del presidente Kuczynski de dispararse a los pies me obliga a estar de acuerdo con Mauricio Mulder cuando califica de “cantinfladas” las últimas declaraciones del mandatario sobre un “perdón médico” para el reo Fujimori. Una figura inexistente en nuestro ordenamiento legal que sí contempla el indulto humanitario, idea que parece rondar desde hace mucho en su cabeza ya que es él quien lo trae a debate cada semana, pero no es capaz de tomar una decisión definitiva y afrontar las consecuencias. Y no hay nada peor que un gobernante dubitativo que nos tiene en vilo con un tema que genera tanta polémica y polariza. Tras la tesis del “perdón médico” he escuchado y leído a muchos reclamar –con razón– asesoría jurídica y política para el jefe de Estado pero sé, con certeza, que la tiene. El gran problema de Kuczynski –creo que todos lo tenemos claro– es que no escucha y pone en constantes aprietos a su propio gobierno. Es él su principal troll y tiene la increíble capacidad de tocar temas álgidos en los momentos menos apropiados. ¿A quién se le ocurre hablar del susodicho perdón el mismo día de la marcha contra el indulto? No pudo escoger peor ocasión para hacerlo, pues su anuncio se interpreta como un abierto enfrentamiento y ruptura con el sector político y ciudadano que lo llevó al gobierno. No estoy a favor del indulto ilegal ni del arresto domiciliario, mi idea de justicia es que los criminales cumplan sus condenas en la cárcel pero preferiría mil veces tener la certeza de lo que hará Kuczynski que vivir en permanente zozobra. Como ciudadana estoy harta y me exasperan las idas y venidas del presidente sobre que sí, pero no, no, pero sí, no está en agenda, sí lo está, era una broma, ahora no, joven. Ya ni siquiera es por el indulto en sí, es porque no podemos seguir viviendo como país en medio de la especulación y la incertidumbre. Lo que debemos hacer es exigirle al presidente claridad, transparencia, que abra el juego y tome una decisión, para bien o para mal, según sea el caso. Luego de eso, cada quién tomará posición y dará la lucha que crea conveniente.