¿Está listo Brasil para un nuevo cambio traumático de presidente? Más le vale, pues con la acusación fiscal por corrupción abierta contra él, Michel Temer ha ingresado a la parte más floja de la proverbial cuerda. Esto lo encuentra, además, con una baja aprobación récord de 7%, algo que ya venía sugiriendo la conveniencia de su retiro. La fragilidad de Temer ya viene de cierto tiempo, pero hasta aquí ha estado amortiguada por la idea que su caída puede precipitar una verdadera crisis de Estado en el país. Entre otras cosas porque los reemplazantes establecidos también tienen problemas con la justicia. Pero este tipo de preocupación parece haberse debilitado mucho. Justicia poética. Temer accedió al cargo como líder de un equipo que logró defenestrar a Dilma Rousseff, no por corrupción sino por faltas administrativas. La idea siempre fue que el propósito de los conjurados había sido adelantarse a sus propias culpas. Aunque Temer es acusado por actos ya durante su presidencia interina. Con esto la torta política ya está prácticamente volteada, pues Lula da Silva, el precandidato del PT para el próximo año, sigue ganando ventaja. Lula duplicaría los votos de Jair Bolsonaro, su rival en la derecha, en primera vuelta, y empataría con la ambientalista Marina Silva en la segunda vuelta: 40%-40%. ¿Dónde están los efectos electorales de este ciclo de escándalos corruptivos brasileños? Por lo pronto la idea de un recambio del elenco político no está funcionando, y no hay premio por estar libre de los principales casos. Pero en los detalles de las encuestas se puede encontrar voces de desencanto. Medio Brasil no votaría por Lula, pero aún así. Mientras tanto, el procedimiento constitucional para remover a Temer (quien ya ha dicho que no renunciará) puede ser largo, y accidentado. Por lo pronto el mandato del fiscal Rodrigo Janot que le ha abierto investigación termina en setiembre. Luego están las comisiones del Congreso que deben tomar decisiones. Un par de cosas que se puede sacar en limpio: los escándalos de corrupción no modifican de manera profunda el proceso de la popularidad política, la corrupción sigue adelante a pesar del avance del proceso de investigación y sanción. Un espejo no tan lejano para el futuro del Perú. ¿Dónde están los efectos electorales de este ciclo de escándalos corruptivos brasileños? Por lo pronto la idea de un recambio del elenco político no está funcionando.