La tercera ola de la democracia, la más larga de su historia, se mueve como un péndulo, en particular en América Latina (AL). Comenzó con una movida hacia la derecha en los 80, dejando atrás a las dictaduras militares y al populismo agotado y acompañando al desarrollo agresivo del neoliberalismo. El cuestionamiento del consenso de Washington, el incremento de la pobreza y la desigualdad y la crisis económica de 1998-2002 empujaron el péndulo hacia la izquierda comenzando con la elección de Hugo Chávez en 1999 en Venezuela e involucrando a once países, entre ellos a dos (Brasil y Argentina) de los tres más grandes de AL. Cada movimiento pendular ha durado más o menos 18 años. Con las elecciones de Cartes en Paraguay y de Macri en Argentina y con el golpe parlamentario contra Dilma Rousseff en Brasil se inicia la pendulación hacia la derecha que aún no termina. Cada pendulación involucra no sólo a la democracia sino también al modelo de desarrollo y al contexto en el que ambos se desarrollan. Las izquierdas cuestionan las reformas neoliberales y buscan recuperar capacidades estatales y se presentan como postneoliberales para aludir a las continuidades y cambios del modelo neoliberal. El postneoliberalismo ha sido pensado como un modelo de desarrollo que aspira a lograr crecimiento económico y redistribución social a favor de los más desfavorecidos y a definir una matriz de inclusión socio-política que combina diversos formatos democráticos (Stoessel). La pendulación hacia la izquierda fue acompañada por un largo boom exportador de materias primas y por los altos precios de las commodities que permitieron a los gobiernos de izquierda impulsar una política distributiva de ingresos para reducir la desigualdad y agresivas políticas sociales para reducir la pobreza. En los 80 la izquierda de AL abandona la revolución y apuesta a la democracia. Acepta que al gobierno se llega a través de las elecciones en competencias electorales dentro de un sistema político plural. Reconoce la democracia representativa, pero critica su exclusivo procedimentalismo, sin negarlo, y apuesta a una democracia de contenidos que reivindique la igualdad, el bienestar y la participación. Estas apuestas izquierdistas por la democracia se han desarrollado a través de diversas formas de representación: partidista, societalista e individualista (Panizza). La combinación de estos tipos de representación ha dado origen a dos tipos de gobiernos izquierdistas en AL: los socialdemócratas y los populistas. No hay representaciones puras: todas ellas se presentan en forma combinada. Los gobiernos socialdemócratas (Brasil, Chile y Uruguay) tienen grados altos de representación partidista combinada con otras formas de representación. Los gobiernos populistas (Bolivia, Ecuador, Venezuela) tienen altos grados de representación personalista y bajos grados de representación institucional, pero exhiben también grados diversos de representación societalista. La cuestión de la Democracia, los Movimientos social y el Contexto Internacional serán los temas que se discutirán el 14 y el 15 de junio en un Congreso Internacional sobre la crisis de los gobiernos progresistas de AL organizado por la UNMSM.