Hace ya buen tiempo que Nicolás Maduro está mirando con envidia a Cuba y a su régimen vitalicio. Pues cada vez que reaparecen las multitudes protestando por las calles, el autócrata venezolano ve una derrota en las elecciones generales del 2019, o cosas peores. Así, acaba de anunciar un gesto cubanísimo: salirse de la OEA.Aunque en verdad Cuba no dejó la OEA sino que fue expulsada de ella en 1962. Decenios más la OEA readmitió al régimen cubano, pero este declinó: sin suspensión del bloqueo de EEUU, ese retorno no tenía sentido. Maduro quiere repetir la historia, pero sin el costo político de la expulsión, simplemente tirándole la puerta a los países de la OEA.El vocero del departamento de Estado ha dado su versión de lo sucedido: “No tiene real efecto práctico o inmediato porque el retiro de la OEA requiere hasta dos años de trámite, y en este caso concluiría después del fin del período de gobierno del Presidente Maduro”. Pero Maduro está en la política de la crisis y los gestos, y para él la cosa es ahora.Con su gesto Maduro ha trazado una línea en la arena, quizás con la esperanza de ser seguido por los beneficiarios del petróleo venezolano y los simpatizantes de las ideas chavistas. El apoyo de Raúl Castro es más bien redundante. Al escribirse esto, ningún otro país miembro parecía dispuesto a cambiar a la OEA por Maduro. China y Rusia han apoyado a Maduro, claro. Quizás Maduro le está empezando a hacer un paradójico favor a la organización que conduce Luis Almagro, al convertir a la OEA otra vez, como fue en los años 60 cuando los EEUU podían pisar más fuerte que ahora, en una suerte de alianza política pro-democracia. Pero quizás va a costar llegar a consensos más amplios que los actuales en la organización.Mientras tanto la oposición venezolana sigue mostrando su renovada presencia en las calles, y las versiones sobre primeros resquebrajamientos del oficialismo son cada vez más insistentes y puntuales. Ahora que Maduro ha optado de lleno por el aislamiento hemisférico, una parte de su destino se empezará a jugar fuera de las fronteras de Venezuela.