El Bicentenario del Perú (2021) ha impulsado muchas investigaciones en la academia, ha obligado a los gobiernos a hacer algunos pequeños retoques al Perú para que presente un rostro mejor y ha estimulado a que algunos políticos repiensen su propio quehacer y sus apuestas. Este es el caso de Manuel Dammert, que acaba de publicar Perú 2021: Crisis de Régimen. Una relectura crítica de nuestra historia y perspectivas. Manuel Dammert no es sólo un político: Lo es desde su juventud en el campo de la izquierda, ha sido y es congresista. Es también un académico: es magíster en sociología con estudios de doctorado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y es profesor en la Facultad de Ciencias Sociales de la misma Universidad. La unidad de la reflexión científica con la política, reconociendo sus diferencias y sus especificidades, a mí me parece productiva para ambos campos. Víctor Raúl Haya de la Torre, José Carlos Mariátegui, Víctor Andrés Belaunde, Luis Alberto Sánchez y, en cierto modo, José de la Riva Agüero fueron excelentes intelectuales y destacados políticos peruanos. Después de esa generación brillante, lo intelectual y lo político han ido separándose. Los intelectuales ingresaron a la academia y los políticos se quedaron literalmente en la calle. Ese es el mundo desolador de la política que tenemos ahora, salvo contadas y honrosas excepciones. El libro de Manuel Dammert que comento es muy interesante, pero de difícil lectura para los neófitos porque el autor asume un enfoque teórico y metodológico muy complejo. Se propone vincular lo global con lo nacional y lo local; la política, la sociedad, la economía y el medio ambiente; la larga duración con el mediano y el corto plazo para pensar el Perú del Bicentenario. Para un académico puro este es un programa de investigación de varias generaciones. Para un político es una hipótesis de trabajo. Según el autor, el Bicentenario del Perú está enmarcado por el tránsito de la unipolaridad a la multipolaridad en el campo de la geopolítica, por tres grandes redes de poder mundial (Europa centrada en Alemania, América del Norte –USA– y Asia centrada en China) en el campo de la economía, por la revolución científica y tecnológica (la robótica) en el campo de la cultura y por la globalización y el dominio del capital financiero. Habría que añadir, a mi juicio, la reciente confrontación entre el nacionalismo populista y la globalización neoliberal. Este marco global, que genera múltiples y agudos conflictos en el mundo, plantea tres grandes desafíos a todos los continentes, especialmente a América Latina: la lucha por la igualdad, la defensa de la sostenibilidad ambiental y la consolidación de la democracia. Habría que añadir la competitividad en la economía global. Los países de América Latina han respondido de diversa manera a estos desafíos. Algunos son leales al neoliberalismo y otros son contestatarios desde la izquierda, lo que ha dado lugar a la conformación de diversos bloques y conflictos en AL. El Perú es muy leal al neoliberalismo gracias a que la mayoría de sus gobernantes fueron elegidos por la izquierda y el cambio, pero traicionaron y terminaron gobernando con la derecha neoliberal.