En medio de la ofensiva fujimorista para ir tumbando fichas y avanzar hacia un copamiento del gobierno, poco se ha dicho sobre el Decreto Supremo 031-2016-MEM, que establece la vuelta del Petroperú a la explotación de petróleo en el Lote 64. PUEDES VER: Saturación emocional. Y tampoco se habla de un hecho preocupante: la demora en el financiamiento de la Refinería de Talara mediante la emisión de bonos y la suscripción de préstamos bancarios, cuya estructura está ya lista hace tiempo. Ya van cuatro meses y medio de este gobierno, y nada. Mientras, Petroperú incurre en préstamos de corto plazo, que casi han secado su flujo de caja. Vamos por partes. En 1996, el régimen fujimorista privatizó el Lote 8 de Petroperú y la sacó de la explotación de petróleo. Unos años antes ya se habían vendido sus lotes en Talara. Se cumplía, así, con la Constitución de 1993, que estableció la subsidiariedad del Estado en la actividad empresarial, primer eslabón de la cadena de la privatización. Las empresas Talisman (Canadá) y Hess (EEUU) invirtieron US$ 500 millones en el Lote 64 y encontraron, por lo menos, 550 millones de barriles de petróleo ligero (de alta calidad). Por razones empresariales, a fines del 2012 decidieron dejar el lote y devolverlo a Perupetro. Es en ese momento que Petroperú decide pedirle el lote a Talisman y Hess, lo que estas aceptaron (1). Esta historia culminó con el DS-131, que autoriza a Petroperú a suscribir un contrato con GeopPark, que tendrá el 75% de las acciones y Petroperú el 25%. Geopark se compromete a realizar todas las inversiones sin que Petroperú desembolse un centavo. Se le pagará a Geopark con el petróleo producido y poco a poco habrá un cambio en la estructura accionaria a favor de Petroperú. Geopark invertirá US$ 150 millones inicialmente para producir 6,000 barriles diarios (BD), cantidad que aumentará hasta alcanzar los 55,000 BD, reduciendo en 50% la importación de petróleo, permitiendo bajar el déficit comercial en US$ 1,000 millones anuales (a los precios actuales). Esta buenísima noticia ha pasado desapercibida. ¿Será porque se trata de Petroperú? Lo preocupante es que no se concreta el financiamiento de Talara mediante la emisión de bonos y la suscripción de préstamos por US$ 3,000 millones, a lo que se agrega la inversión en las tercerizadas y el costo del financiamiento. Es importante reiterar que esta inversiones serán pagadas con los ingresos de Petroperú (no con el presupuesto de la República), que aumentarán notablemente debido a las nuevas ventajas económicas que otorgan las nuevas tecnologías de la Refinería: permiten refinar petróleo pesado (barato) y obtener mayor cantidad de gasolinas (caras). El financiamiento a conseguirse, ya, se divide en dos partes. Una es la emisión de bonos en el mercado internacional por US$ 1,500 millones, a 15 años. Como se sabe, por el bono solo se pagan los intereses hasta la fecha final, en que se amortiza el monto prestado (principal). Estos bonos son garantizados por el Estado hasta por US$ 1,000 millones, de acuerdo a la Ley 30130. La segunda es un préstamo otorgado por varios bancos por US$ 1,450 millones por 14 añosy que está garantizado por el Seguro de Crédito a la Exportación (CESCE) del gobierno de España. La condición que pone CESCE para otorgar el aval es que, durante el plazo de repago del préstamo, no exista vencimiento del principal proveniente de otras fuentes de financiamiento. Esta condición se cumple con la emisión de bonos, ya que el pago del principal es al final del año 15. En el MEF se han buscado otras alternativas. En buena hora y se puedan encontrar mejoras. Pero hasta ahora no se sabe cuál será esa propuesta, si será viable y si cumple con las condiciones de CESCE. Si hay alternativa concreta, ya, que nos digan cuál es. Mientras, Petroperú se seca. Dicen sus Estados Financieros a setiembre, que el Índice de Liquidez Corriente y el de Capital de Trabajo son menores “debido al incremento del saldo de créditos bancarios por los mayores préstamos temporales de corto plazo para el Proyecto de Talara y porque a setiembre se encuentran registradas 4 cuotas trimestrales a pagar por la deuda de largo plazo de US$ 500 millones para financiar Talara” (2). La decisión sobre el financiamiento se debe tomar, ya. Y debe intervenir el Presidente Kuczynski. Hay temas en el tintero, como el oleoducto. También que Petroperú no vuelva al Fonafe, como quería el MEF. Finalmente, todo lo reseñado en este artículo le corresponde a la gestión positiva de Augusto Baertl, que renunció hace poco con su Directorio. No estuvimos de acuerdo, sin embargo, en la designación de Vladimiro Huaroc a la Gerencia de Relaciones Comunitarias. Estamos a favor de la autonomía de Petroperú en sus decisiones empresariales no mezcladas con la política. Y esta sí lo estaba, como es obvio. Postdata: El gobierno debe plantear, ahora, la cuestión de confianza en el Congreso. Luego, será muy tarde. (1) Ver la historia completa, en la cual participamos desde la Presidencia del directorio de Petroperú, en https://goo.gl/0K8o9y (2) Ver Superintendencia de Mercado de Valores: www.smv.gob.pe