Gobierno y oposición en el arranque del lustro 2016/21,Adelantarse diez días para anunciar el balance de sus primeros cien días de gobierno parece una táctica avispada del presidente Pedro Pablo Kuczynski, pues así madruga a sus críticos rayando la cancha del debate sobre el aterrizaje de la nueva administración. La idea de los cien días de un gobierno tiene varias referencias históricas. Una es el Cent-Jours que va entre el 2 de marzo de 1815, cuando Napoleón regresó a Francia tras fugar de la isla de Elba, hasta el 22 de junio de 1815, tras su derrota en Waterloo. Pero la referencia moderna más relevante es de Franklin Delano Roosevelt, quien en el discurso inaugural de su presidencia, el 4 de marzo de 1933, en el contexto de la quiebra económica, se comprometió a “actuar y actuar ahora” con un conjunto de acciones para los siguientes cien días que marcaron el inicio del New Deal. Con Roosevelt se creó el precedente de evaluar los primeros cien días de una administración en Estados Unidos y, luego, en todo el mundo, para tomarle el pulso a los nuevos gobiernos y prever lo que se viene. Es un período breve en el que no se esperan grandes soluciones para los grandes males de la nación, pero en el que asoma y se revela el ADN del nuevo gobierno, su personalidad, estilo, prioridades, limitaciones. ¿Ayudan los primeros cien días que vencen este viernes 4 de noviembre de la presidencia de PPK para proyectar todo su gobierno? Cinco años de vida política en el Perú es una eternidad en la que todo puede pasar, pero, por lo visto hasta hoy, este arranque confirma lo previsto antes de que empiece el gobierno. El de PPK será un gobierno débil, políticamente no muy diestro aunque, no obstante eso, con alguna capacidad para negociar acuerdos específicos como la confianza del Congreso o el otorgamiento por parte del mismo de facultades para legislar, pero con una clara consciencia de su fragilidad por no contar con un partido ni con una bancada que, aunque pequeña, esté cohesionada. Esta presidencia será, por ello, y muy al estilo de PPK, muy pragmática en el sentido de estar dispuesta a negociar, ceder y conceder, lo necesario, y quizá hasta un buen poco más que eso, para sacar adelante sus intenciones y propósitos. Lo cual lleva la evaluación al grupo con el que PPK deberá negociar, el fujimorismo, el cual, por lo visto en estos primeros cien días, también está rayando la cancha, con su lista de pedidos, de la negociación en firme que recién está por empezar y que definirá las reglas centrales de este lustro político.