El Lugar de la Memoria, LUM, acaba de subir a Youtube la serie entera de vladivideos que provocaron la caída del régimen de Alberto Fujimori. Los estudiosos del mañana agradecerán esta decisión, porque abre al público un registro visual extraordinario para conocer al Perú de los años 1990. Hasta ahora solo conocíamos una versión impresa de las transcripciones de estos videos publicada por el Congreso durante los años de Toledo. Sin lugar a dudas, el personaje principal es Vladimiro Montesinos. Alberto Fujimori aparece en pocos videos, Montesinos actúa en su nombre, haciendo todo tipo de trampas para ganar las elecciones del 2000. Los videos no cubren todos los 1990, sino que empiezan en 1998 y se focalizan en las operaciones para lograr la re-reelección de Fujimori. En esta serie, el ex presidente es el poder oculto, en cuyo nombre se ejecuta lo filmado. Montesinos soborna y nunca es sobornado. Él filma y sabe lo que está haciendo. No son escenas espontáneas sino intencionales. Montesinos graba expresamente para dejar registro. Pero, aquí hay una anomalía. El soborno habitual empieza por un particular que coimea a un funcionario para que éste decida arbitrariamente a su favor. En los vladivideos es al revés. El funcionario es Montesinos que compra a particulares para fortalecer la tercera campaña presidencial de Fujimori. Los medios de comunicación son la clave de la operación y Montesinos logra que una mayoría acepte su requerimiento. No se trata de la corrupción habitual, sino de un caso político excepcional. Es el poder del Estado que sale a sobornar a parte de la sociedad civil para perpetuarse. Pero los corruptos no son los únicos actores, sino que se hallan en lucha contra otros peruanos. Se nota que hay un combate entre quienes se pliegan al autoritarismo y los que resisten. El Perú de los vladivideos es un país en pugna y no quebrado por la corrupción y la ilegalidad. En ellos, queda registro de una importante reserva moral. Me causa gran intriga el motivo de Montesinos para grabar y conservar esta colección, que finalmente lo llevó a la derrota. Él sabía que jugaba con fuego y que los videos podían arruinarlo, solo alguien de su absoluta confianza como Matilde Pinchi Pinchi pudo burlar su vigilancia. Lleva preso quince años y el resultado de las últimas elecciones posterga una posible excarcelación. En primera instancia, los vladivideos parecen un recibo y una garantía. Montesinos recibía bastante dinero en efectivo para sobornar a los dueños de empresas estratégicas a los propósitos de Fujimori. Éste era desconfiado y quería comprobar que el dinero se había usado en esos fines. Así, grababa para mostrarle. A la vez eran un seguro porque Fujimori sabía que había pruebas que los incriminaban a ambos. Eran siameses y Montesinos creía que siempre sería respetado. Por ello, la ruptura fue de película. Fujimori personalmente desató una persecución grabada para TV; no se detuvo sino después de hallar el depósito de Montesinos, donde precisamente procedió a incautar los vladivideos. Esa operación fue la famosa dirigida por un falso fiscal. Recién en ese momento, Fujimori estuvo más tranquilo. Procedió a retirar los videos que lo concernían y devolvió el paquete a través de una notaría. Ese grupo de vladivideos llegó al Congreso y es el que ahora podemos hallar en Youtube. Pero es notorio que hay ausencias. Montesinos había clasificado su tesoro y queda evidencia de varios videos faltantes. Otro punto es el gusto de Montesinos por filmarse. Él se sentía superior e injustamente fuera de escena. Siempre en la sombra, quería dejar constancia de su talento. Por ello, en un video se acerca a la cámara oculta y maliciosamente guiña el ojo. Ahí estaba el detalle. Al final, la vanidad perdió al doctor.