El paisaje del Apra viene alojando algunos fenómenos que llaman la atención. La división pro-Keiko y pro-PPK, ya fue de por sí algo extraña, pero siempre dentro de lo comprensible. Pero después de las elecciones empezaron a pasar cosas. La definición más sencilla sería el avance de un proceso de discrepancia interna, pero a fuego lento. Alan García le hizo a Pedro Pablo Kuczynski una visita personal, luego de la cual expresó su disposición a darle apoyo, y precisó que no había acudido a pedir un cargo. Por esos días la bancada aprista (pro-Keiko y pro-PPK) hizo su propia visita, donde el partido se ofreció como bisagra entre oficialismo y oposición. Pero luego en simultáneo algunos apristas, como Jorge del Castillo, plantearon una oposición constructiva, mientras que otros, como Mauricio Mulder, plantearon que el Apra podría integrar el gabinete si se lo ofrecían. Esto luego se convirtió en que el Apra aprovecharía esa oferta para proponer un independiente. Con lo cual se va volviendo cada vez más difícil entender si el Apra quiere caminar junto al oficialismo, junto a la oposición fujimorista, o en algún lugar indeterminado del medio. Lo único claro es que hay allí por lo menos dos corrientes, cuyos voceros no tienen problema para hablar por el partido como si este fuera uno solo. Pero las diferencias están saliéndose por las costuras. Ahora ha comenzado una nueva, en torno de la figura de Enrique Cornejo, segundo con 15% en las municipales de 2014. A Cornejo le han empezado a caer encima propuestas de candidaturas: a la próxima secretaría general del partido, a la presidencia en el 2021. Al parecer esta es la manera que han encontrado algunos dirigentes, como Javier Barreda o Luciana León, para empezar la crítica de los derrotados de las pasadas elecciones y de darle oxígeno a un partido que lo necesita a gritos. Hay allí dentro una no tan velada crítica a García como candidato natural. Cornejo viene toreando la cosa con maña. Descarta el 2021 insistiendo en que lo suyo es la próxima candidatura al municipio de Lima. No se pronuncia sobre la secretaría general, pero plantea que su deseo hoy es modernizar el partido. Del Castillo le ha salido al frente a lo del 2021 con la idea de lo prematuro.