Primer debate presidencial entre Kuczynski y Fujimori.,Muchos dicen que los debates presidenciales no producen cambios relevantes en las tendencias en la campaña, pero quienes dicen eso nunca han estado metidos en medio de uno de esos encuentros cruciales entre los candidatos que llegan a la fase final de la elección, marcados por la tensión, y en donde todo puede ocurrir, incluso ese momento crucial que muchos recordarán en el futuro y que puede convencer al indeciso. Especialmente cuando Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski llegan casi empatados, como lo han estado durante toda esta larga segunda vuelta que empezó, realmente, el lunes 11 de abril y que termina en dos semanas, el domingo 5 de junio. Habrá que ver si las encuestas de hoy traen novedad en el frente. Lo nuevo de la semana ha sido el revuelo en torno al hoy ex secretario general de Fuerza Popular, Joaquín Ramírez. Si Fujimori mantiene en la encuesta de hoy la intención de voto del domingo pasado (41%), será señal de que su candidatura tiene teflón y será expresión de la solidez de su voto. PPK, por otro lado, tuvo hace siete días una intención de voto de 42%, es decir, casi lo mismo que Fujimori. Si el caso Ramírez lo hace subir en la encuesta de hoy, será una señal de que, en las últimas dos semanas, debe fortalecer el discurso que refuerce el sentimiento antifujimorista. Ambos candidatos saben que, en estas circunstancias, cualquier error que cometan o declaración dubitativa que deslicen, puede ser fatal para sus perspectivas, algo que seguramente su contrincante tratará de crear la oportunidad para que se produzca, poniéndole una cáscara de plátano en el discurso o lanzando un dardo envenenado al oponente. Quizá no sea un buen negocio esta noche, para ambos candidatos, salir al debate con el sable desenvainado y actitud agresiva, pues después de tantos meses de campaña en donde el agravio ha superado con creces a las ideas, la ciudadanía puede estar harta de eso y buscando alguien con más condiciones de estadista que de chavetero para dirigir la nación. Eso no quiere decir que, en una noche como esta en la que habrá tanta tensión, con una enorme expectativa ciudadana, el comentario inteligente que diferencie del rival y la ironía oportuna que desarme al oponente, sea el factor que quiebre el empate que se ha visto hasta hoy. A gozar, entonces, el debate piurano de esta noche, y que permita, realmente, entender las diferencias cruciales entre los dos candidatos.