Colombia. El equipo negociador del Gobierno subrayó que el nuevo acuerdo de paz con las FARC, que fue firmado el pasado sábado, no está abierto a más modificaciones al haber incluido buena parte de las sugerencias de los opositores.,“Los negociadores terminaron (su trabajo), no podemos tener un acuerdo abierto”, dijo en una rueda de prensa el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, uno de los delegados por el presidente Juan Manuel Santos para dialogar con los opositores sobre cambios al primer acuerdo, que fue firmado el 26 de septiembre y rechazado en el plebiscito del 2 de octubre. PUEDES VER: Juan Manuel Santos viajará a Estados Unidos para hacerse exámenes médicos por su cáncer de próstata El ministro también hizo un llamado a esos opositores para que mantengan abiertas las vías de diálogo. Los opositores, liderados por los expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, habían pedido que el texto no sea considerado como definitivo hasta que ellos lo estudien y den su opinión al respecto. Ahora, según detalló Cristo, escucharán a los directores de los partidos favorables al “sí” en el plebiscito y “después de escucharlos” tomarán la decisión acerca de cómo refrendar los acuerdos. En este sentido, recordó que tienen tres opciones: convocar un nuevo plebiscito, recurrir al Congreso para que lo apruebe o incluso ponerlo en manos de los 1.122 concejos municipales del país para que decidan. Por su parte, el jefe del equipo negociador, Humberto de la Calle, subrayó que este acuerdo es “el final, el definitivo” y agregó que “no hay espacio para una nueva negociación”. En este sentido, destacó que ahora la mayoría de los colombianos muestra su apoyo al nuevo acuerdo, por lo que pidió “no perder tiempo” e implementarlo. De la Calle también destacó que el cese el fuego bilateral, que comenzó el 29 de agosto, “es frágil”, por lo que pidió que comience a implementarse el acuerdo para que la guerrilla inicie su desarme y desmovilización y se evite así que vuelvan los enfrentamientos armados. Asimismo, dijo que el texto firmado el sábado en La Habana es “un acuerdo realmente nuevo, auténticamente nuevo, que recoge más del 80 % de las inquietudes de quienes votaron por el ‘no’” en el plebiscito del 2 de octubre. Añadió que el nuevo texto es producto de largas jornadas de “trabajo minucioso con las FARC” en Cuba y “sobre esta base hay que trabajar”. El nuevo texto queda por fuera de la Constitución y recoge plazos precisos para la aplicación de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) que solo podrá funcionar diez años y prorrogarse cinco más. Igualmente muestra que las instituciones y autoridades de Colombia tendrán “la obligación de cumplir de buena fe con lo establecido en el acuerdo final”, lo que sustituye parcialmente al hecho de que el texto se integre en el bloque de constitucionalidad. En este sentido, De la Calle dijo que el nuevo texto “brinda estabilidad para cumplir lo pactado” y que haber incluido las propuestas de quienes se opusieron en un inicio es “una gran oportunidad para conseguir un mayor apoyo”. El acuerdo también recoge que las FARC entreguen sus bienes para reparar a las víctimas y permite que los magistrados de la JEP puedan definir cómo será la “restricción efectiva de la libertad” para los guerrilleros, si bien su reclusión no podrá ser en lugares mayores a las zonas rurales en las que se concentrarán antes de dejar las armas. En este sentido, el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, detalló que “cogieron los documentos del ‘no’” para sentarse con las FARC a discutir con ellos como base, pero “nunca” se olvidaron de quienes votaron “sí” en el plebiscito.