Capturar la luz en el centro del mundo

Javier Quispe llevaba años con la cámara de fotos guardada, acumulando polvo.

En su época de estudiante de Comunicaciones en una universidad del Cusco, su ciudad natal, Javier se compró esa cámara para llevar el curso de Fotografía.

Para entonces, ya había perdido la visión, a causa de una retinosis pigmentaria. Lamentablemente, dice, los profesores nunca supieron cómo enseñarle a tomar fotos. Y desde entonces, el aparato se quedó guardado todos estos años, inútilmente.

Hace unos meses, Quispe fue contactado por el fotodocumentalista limeño Paul Vallejos, quien le contó que quería hacer un taller de fotografía dirigido a personas con discapacidad visual en Cusco. El hoy presidente de la Unión de Ciegos de la Región Inca pensó, de inmediato, en su cámara guardada.

¿Acaso alguien podría, por fin, enseñarle a hacer fotos?

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Mirar lo imposible

La idea de enseñarles a hacer fotos a las personas invidentes le puede sonar descabellada a muchos. Paul Vallejos lo sabe. Se lo han dicho muchas veces. ¿Cómo es posible?

Paul tampoco se lo había planteado alguna vez en su vida, hasta el día en que, hace algunos años, Nilton le preguntó si creía que él podría hacer fotos.

Paul conoció a Nilton en uno de sus viajes, cerca de Tingo María, cuando tenía ocho años y estaba a punto de perder la vista. Lo acompañó en sus visitas a especialistas en Lima y cuando la familia decidió que se quedara en la capital para que estudiara en un colegio para invidentes, se convirtió en su tutor.

Y, entonces, muchos años después, Nilton, que lo acompañaba a algunas de sus aventuras fotografiando la ciudad, le preguntó si creía que él también podría hacerlo.

Paul se puso manos a la obra. Le enseñó los conocimientos básicos y lo guio por las calles, describiéndole las cosas, aconsejándolo, hasta que Nilton comenzó a hacer click y click.

El día en que otra persona con discapacidad visual, una estudiante de la Universidad Católica, se enteró de lo que estaba haciendo y le preguntó si también podría enseñarle, ese día nació una idea que, al poco tiempo, tendría nombre: Taller de Fotografía Foco Interior.

En la Ciudad Imperial

La primera edición de Foco Interior reunió a 10 talleristas de Lima, de todas las edades y ocupaciones, y concluyó con una exitosa muestra de sus trabajos en una importante galería, a inicios del 2019.

En esta segunda edición, en el Cusco, también participan 10 personas con discapacidad visual, a quienes guían, junto con Paul, cuatro fotógrafos residentes en la Ciudad Imperial: Iván Flores, Gonzalo Miranda, José Luis Morales y Raúl Rafael.

Por estos días, los participantes están saliendo a recorrer las calles para poner sus conocimientos en práctica. Como ocurrió en el anterior taller, deben desarrollar un proyecto. Javier Quispe, por ejemplo, quiere retratar a los artistas callejeros de su ciudad. Y Lisset Farfán planea contar, a través de fotos, la historia de Mora, su perra guía.

Lisset es la primera regidora invidente del Perú. Ella se desplaza con Mora a casi todos lados, incluido su centro de labores, un municipio distrital. Con sus fotos, quiere mostrar lo importante que son los perros guía para las personas invidentes. Evitar que les cierren las puertas en buses y locales comerciales.

Lisset, Javier y los demás talleristas están emocionados con lo que están aprendiendo. La idea es que el taller culmine con una exposición, en el Centro Bartolomé de las Casas, algún día de enero próximo.

Paul, que no cobra nada y que ha costeado casi todo el proyecto con sus propios recursos, está tocando puertas a las empresas privadas para financiar lo pendiente. También quiere llevar la próxima edición de Foco Interior a la Amazonía. Abrirle los ojos a la sociedad también por allá. Demostrar que puede haber discapacidades, pero que no hay imposibles.