¿Por qué la banda sonora de Street Fighter II fue tan decisiva en su histórico éxito?

Street Fighter II cumplió 31 años el pasado 6 de febrero de 2022, aunque eso no cambia que todavía se mantenga como una de las obras más recordadas y premiadas del rubro de los videojuegos. Sin embargo, a lo largo de estos años surge la interrogante de saber cuáles fueron los factores determinantes en el éxito y legado que hoy representa.

Creado por un equipo interno de Capcom, Street Fighter II: The World Warrior fue el resultado de querer refinar los fundamentos de la primera entrega y aumentar la cantidad de luchadores, pero también un inesperado accidente que mutó gracias a la aparición de algunas mecánicas de forma no intencionada: la elaboración de combos y conceptos clave del género.

Esta profundidad, unida a la clara mejora gráfica, el gran trabajo con las animaciones, la posibilidad de jugar el modo arcade con diversos personajes con sus propias técnicas y diálogos y la sensacional banda sonora compuesta en gran parte por Yoko Shimomura, lograron llevar a Street Fighter II hacia el estrellato.

Así, lo que ahora se suele llamar retro musical no se forjó a base de individualidades o, si lo hizo, se reveló tarde en occidente. A las antiguas Nintendo, Capcom y Konami les gustó ocultar a sus compositores integrándolos en equipos de sonido que constituían la única cara visible, aunque eran grupos cargados de nombres propios de gente talentosa que actualmente son referentes, cada uno con su historia.

Con esa denominación coral, Capcom Sound Team o el Konami Kukeiha Club, lo que se pretendía era que los compositores pasen desapercibidos. De hecho, hay juegos históricos en los que es difícil saber quién fue la persona que compuso cada pieza. Ese fue el entorno de trabajo en el que se desarrolló una compositora que es leyenda de todo un medio y fue pieza clave a la hora de establecer a Street Fighter II como un título clásico en la historia de los videojuegos.

A Yoko Shimomura se le conoce, principalmente, por su etapa en Capcom, una compañía en la que la compositora tuvo la ocasión de participar en algunos de los mejores videojuegos de su tiempo.

Basta una mirada superficial a lo que se ha escrito sobre ella para saber que a Shimomura se la asocia casi siempre a Street Fighter. Su nombre y el de los luchadores van de la mano cuando alguien se acuerda de ella. Su carrera llega hasta nuestros días con un goteo incesante de títulos y sistemas, pero es importante tener algo muy claro: es considerada entre las más grandes del folklore sonoro japonés en videojuegos.

Ahora, sobre su influencia en el título de luchas, el aporte que hizo pasó por un proceso creativo y estratégico muy complejo.

Al contactarla para el proyecto, los desarrolladores a cargo de Street Fighter II le explicaron de qué trataba el juego y qué tipo de música necesitaban. Cuando Shimomura observó por primera vez los escenarios de combate, pensó que no parecían realistas, sino exageraciones de lo que uno imagina que son. De ese modo, propuso hacer temas musicales de los ambientes: de lo que imaginaba a qué sonaría la música de esos países.

También optó por otorgarle un tono cómico en vez de serio. Además, propuso que cuando a un luchador le quede poca vida, la música debía tener un ritmo más acelerado para causar la sensación de desesperación en el jugador.

Incluso se sabe que fue ella quien estuvo a cargo de grabar los efectos de sonido y las voces de los personajes.

Como dato adicional, el motivo por el cual los tambores y los diversos efectos suenan fuerte tiene una intención adaptada al contexto en el cual se lanzó el título. Yoko Shimomura entendió que como Street Fighter II iba a ser jugado en salas de arcade, lugares donde hay muchísimo ruido, era importante que las personas sepan dónde se ubicaban las máquinas del juego ni bien ingresaran a la sala.

Finalmente, con los años Shimomura se convirtió en una de las compositoras más respetadas de la industria y trabajó también en sagas legendarias como Kingdom Hearts y Mario and Luigi.