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Sociedad

Mamama Ramona, siempre en nuestros corazones

Adiós a una mujer admirable. Ramona Seminario viuda de Mohme falleció el viernes 4 de diciembre entristeciendo a su familia y a toda La República. Quienes la conocieron recibieron su sonrisa y guía. Fue la gran compañera de Gustavo Mohme Llona.

“Hay algo que recuerdo siempre desde que el Papapo se fue al cielo: la última vez que estuvimos los tres juntos. ¿Te acuerdas? Ustedes estaban comiendo fideos con salsa roja, cada uno en su sitio de siempre”.

El relato es de Mariana Cornejo Mohme, nieta de Ramona Seminario viuda de Mohme.

“Tú insistías en que coma algo, siéntate Pelangocha, me decías. No hice caso, y mientras iba a despedirme de los dos, el Papapo dijo muy serio: ‘¡La próxima comemos fideos, ah!’”.

“Les di un beso a cada uno, y justo antes de salir por el corredor de la cocina, por alguna razón, me di la vuelta para verlos. El Papapo se despedía con la mano derecha en el aire, y tú lo mirabas. Y es que así eran, ¿no? ¡Cómo se querían!...”.

Mariana le dice adiós a doña Ramona, un ser humano increíble, la guía de una familia, la compañera de un político admirable, Gustavo Mohme Llona.

“Recuerdo también los incontables días en los que estuve enferma, crecer con asma no es fácil, pero tú siempre estuviste ahí. Siempre cuidándome. Cuidándonos. Qué lección de amor tan grande nos diste a tus hijos y nietos cada día de tu vida”.

“Está con Papá Mohme”

Dio mucha lección de amor. Por eso y más se le extrañará a la Mamama de la familia Mohme Seminario, quien falleció el pasado viernes 4 de diciembre. Hay tristeza. Y a la vez hay tranquilidad de saber que se unirá a su pareja de toda la vida.

“Se fue en paz, rodeada de sus 6 hijos. Su semblante plácido y sereno nos reconfortó en el triste momento. Ya está con Papá Mohme”, informó a la familia republicana Gustavo Mohme Seminario, director de La República.

A los 88 años, la señora Ramona partió al lado del creador.

Los trabajadores de La República la recordamos en reuniones al lado del director fundador, siempre amable, paciente, generosa. Se sabía que era la figura que daba calma y sosiego a la intensa vida política de don Gustavo. Paz y guía a una familia marcada por el periodismo.

Fue, sin duda, una mujer valiente. Hoy que en el país son mujeres las que dirigen el premierato, el Poder Judicial, el TC, la Fiscalía, el Congreso, vale la pena recordarlo. Nacida el 15 de abril de 1932 en la provincia de Talara, Piura, alguna vez contó que temía por la vida de su esposo durante el fujimorato. Fue su soporte, su amor, su impulso.

“Amiga, confidente”

Otra de sus nietas, Stella Gonzales Vigil, la despide con letras sentidas: “Tengo un secreto que contarte. El 23 de abril del 2000, le hice una promesa a una de las personas más importantes de mi vida... mi abuelo. Él ya nos había dejado, y estábamos velándolo. Yo me acerqué a donde estaba ya descansando y le dije que no se preocupara... que yo iba a cuidarte e iba a asegurarme de que estuvieras bien. Creo que fue ahí que nació nuestra verdadera relación, porque si bien eras mi abuela, nuestra relación siempre fue más de amigas, cómplices, y confidentes”.

“Cosas de la vida, si bien yo fui quien prometió cuidarte, ahora que lo pienso, has sido tú siempre la que me has apoyado y cuidado. Gracias por estar siempre ahí”.

“La próxima vez que nos veamos espero que me recibas así, muy arreglada, como te gustaba estar, y con una sonrisa grande... Te voy a extrañar mucho Ray, dale un abrazo grande a mi abuelo y dile que lo extraño también. Hasta que nos veamos de nuevo”.

“Periódico todos los días”

Stella Mohme, la mayor de los hijos, envía un mensaje, que parece escrito con el corazón.

“Hoy es el día que va a ser llevada a su morada final nuestra madre, nuestra abuela, nuestra bisabuela, nuestra suegra, nuestra tía, nuestra amiga, nuestra querida Ramona... Son muchas las personas que han recibido tu comprensión, tu incondicional disposición a ayudar a quien lo necesite”.

“Debes estar muy complacida de que ha llegado el momento de encontrarte con tu compañero y padre de tus hijos. Todos sabemos que desde su partida no dejaste de esperar este encuentro, aunque lo sobreviviste más de 20 años, como cumpliendo un pedido de él: Mona, quédate el mayor tiempo que puedas al lado de todos los chicos para acompañarles en sus vidas”.

“A todos los que hemos compartido contigo tu diaria cotidianidad nos has dejado tu amor transformado en discreción, comprensión y respeto incondicional”.

“Esta nota no vas a poder recibirla directamente del periódico cuya lectura no te perdías ni un solo día (su última lectura directa de La República fue el 2 de diciembre), pero estoy segura de que junto con tu compañero y fundador del diario, la comentarán con satisfactoria complicidad”.

Poema de Doménica

Debajo de tus pies nacen

raíces profundas

Como árbol que crece alto

Y reparte su sombra a un extenso jardín

De flores blancas y amarillas

Una risa que llena un cuarto de notas de color

Con presencia de aire elemental

Nace de labios rojos

Y repercute voz tenor y dulce

Nos envuelve

Matriarca dorada

Tu mirada y delicada asentir

Nos han guiado los pasos

Al son de la más dulce melodía

Bailaremos felices en tu jardín

(*) Nieta de doña Ramona, hija de Gustavo Mohme Seminario

Stella Gonzales Vigil: “Todos juntos”

“Me da mucha tranquilidad saber que vas a estar bien, mi abuelo te ha estado esperando por más de 20 años, y además están tus papás, hermanos y hermanas. A su debido tiempo, todos estaremos juntos nuevamente”.

(*) Nieta de doña Ramona, hija de Stella Mohme

Mariana: “Amar como tú”

“Mamama, te soy sincera, aún no me hago a la idea de tu partida. Las últimas veces que nos vimos, ya casi no hablabas, pero a mí me gustaba ir a tu casa y echarme en tu cama, mientras tú leías el periódico o veías las noticias (o el programa de la Dra. Polo que tanto te gustaba). Sentirte cerca me calmaba, me daba paz. Me cuesta entender que ya no estás físicamente, y digo físicamente, porque ten por seguro que vives para siempre dentro de cada uno de nosotros. No te lo dije últimamente; como tú, soy una mujer de pocas palabras, pero te lo digo aquí: te quiero infinitamente. No me queda más que agradecerte, en nombre de todos tus nietos, por el amor tan grande que nos diste. Ojalá pudiéramos aprender todos a amar como tú. Te extraño, Mamama, y espero con ilusión ese almuerzo que nos debemos el Papapo, tú y yo. El menú lo sé desde ya: fideos con salsa roja”.

(*) Nieta de doña Ramona, hija de María Eugenia Mohme