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Sociedad

Tras el feminicidio de Jannette Mallqui: “Nadie me lo contó, yo lo vi. Ella quiso escapar y no pudo"

Horas antes de que el MP solicitara detención preliminar para el presunto feminicida, La República habló con la hermana de la exdeportista: denunció la circulación de una foto que no consta en el expediente policial y repudió la versión de que Jannette Mallqui consumió sustancias ilícitas cuando fue asesinada.

Foto: Difusión.
Foto: Difusión.

El jueves 14 de mayo de 2020, Jannette Mallqui fue al banco a pagar las pensiones escolares de sus niñas. Se despidió como de costumbre, dijo que volvería pronto y cruzó el umbral de su casa, ubicada distrito de Bellavista, cerca de la Villa Deportiva del Callao.

A las once de la mañana, por WhatsApp, su hermana Ingrid le dejó un mensaje: había despertado fastidiada por una alergia y le pedía que fuera a la farmacia por cetirizina.

—Me dijo: Ok, voy a tener que sacar dinero, pero ahí te llevo.

Esa sería su última conversación.

—En adelante le estuve escribiendo para ver cómo iba, la llamé todo el día. La llamaron mi papá, mi mamá, mis hermanos. Nada. Su última conexión fue a las 11.55 a. m. Nada nos hacía creer lo que pasaría.

Diez horas después su celular timbró y una voz la dejó petrificada. Jannette Mallqui —le decía al otro lado un tal Paolo— estaba inconsciente en el cuarto de un hostal, de modo que debían recogerla. Ingrid atinó a preguntar si su hermana todavía respiraba.

— “No sé ver eso, solo ven al Bohemia”, decía. Gritaba que estaba drogado, lisuras.

Ingrid, entonces, timbró a Jorge, su hermano —entrenador de CrossFit— mientras se ahogaba en llanto.

—En ese momento volvió a entrar una llamada, pero ahora se escuchaban carros, es decir, el tipo ya no estaba en el lugar. Lo curioso es que me dijo otro nombre. Dijo llamarse Carlos.

Cuando llegó Jorge, fueron a la comisaría a buscar a un policía.

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Llegaron al hostal Bohemia, en la cuadra 14 de la avenida Insurgentes del Callao, pasada la medianoche. Subieron al tercer piso. Y cuando abrieron la puerta de la habitación 303, Ingrid asegura que vio esto: las manchas de sangre en el piso, el colchón arrimado a la pared y a su hermana muerta, llena de contusiones.

—Ya te imaginarás cómo me puse. Busqué su teléfono y no estaba. Nunca apareció su teléfono. Bajé a recepción. Dije: no me voy a mover hasta que me den todos los datos.

Por momentos colapsaba. Gritaba: no puede ser, no, no me voy a ir hasta que me digan quién.

—Fue Eduardo Paolo Barboza Márquez, él asesinó a mi hermana. Antes de salir se cambió de ropa y engañó que ella estaba dormida. Ha pasado una semana y sigue libre, hay gente que lo está encubriendo— dice Ingrid a La República.

Al cierre de esta nota, la Segunda Fiscalía Provincial Corporativa Especializada en Violencia contra la Mujer solicitó la detención preliminar para el acusado.

A Ingrid, sin embargo, se le hacen “extraños” algunos episodios: por ejemplo, que Barboza Márquez se haya comunicado con el presidente de la Federación Peruana de Lucha Libre Amateur, el comandante PNP Félix Isisola Villalobos, el mismo día de los hechos “y que el comandante en retiro armara un plan para que se entregara, algo que nunca ocurrió".

También ha capturado tuits donde la hija de Félix Isisola defiende al presunto feminicida. Pero declara —sobre todo— porque, una semana después, ha circulado una foto que no consta en el expediente policial y el rumor de que su hermana, excampeona de lucha libre, consumía sustancias ilícitas cuando fue agredida.

Porque Jannette Mallqui sí fue agredida (según la necropsia, la exdeportista habría fallecido por un “fuerte golpe en la cabeza”) y sería la víctima número 13 de la violencia machista en un Perú confinado por la pandemia.

—A mí nadie me lo contó: yo lo vi. No hay que dar mucha vuelta: estaba golpeada, llena de sangre, tienen el nombre… ¿qué otra prueba necesitan?

Jannette Mallqui: “Él la llamaba insistentemente”

Jannette Mallqui había sido campeona nacional categoría Sub 23 y obtenido el octavo lugar en los Panamericanos Lima 2019, un certamen que compartió con su otra hermana, Thalía, también medallista de bronce del equipo nacional.

Segunda de cinco hermanos, tenía 31 años y dos pequeñas con sendos compromisos: una de diez y otra de seis. La mayor viajó de vacaciones con su padre a Estados Unidos y, debido al cierre de fronteras, no ha podido volver.

Jannette Mallqui y sus niñas vivían en esa casa familiar de dos pisos donde se respira desolación. Pero Ingrid, que también practica lucha libre, asegura que la oración los ha fortalecido.

—Nosotros somos mormones. Conocemos la palabra de sabiduría. Tratamos de obrar bien. Por eso me sorprende lo de las drogas. Cada tres meses a los deportistas calificados se someten a dopaje. La última que haría cosas malas de nuestros hermanos sería Jannette.

Desde el día en que se apostó en la recepción del hostal donde encontraron el cuerpo de su hermana, Ingrid ha devenido en una detective por amargura.

Recabó información de cómo Jannette pudo conocer a Eduardo Paolo Barboza Márquez, de quien sabe que es aficionado a la lucha libre, que venía conversando con su hermana desde hacía un año, que ella lo tenía registrado entre sus contactos telefónicos como “Pao” —le enviaba selfis— y que, durante toda la cuarentena, la timbraba de manera insistente.

Foto: Difusión.

Foto: Difusión.

—Un día le dije: Yany, evita juntarte con esa clase de gente… por todo lo que se habla del muchacho. Sabemos cosas: que roba y eso. Además he conseguido conversaciones entre mi hermana y amigas cercanas donde ella confirma que ha empezado a salir con un tal Paolo. Conversaciones donde decía que si llegaba a ver algo negativo inmediatamente se iba a retirar. Eso es lo que pienso: que vio algo, quiso escapar y no pudo.

Incógnitas en feminicidio de Jannette Mallqui

Hay una persona que sí conoce bien a Barboza Márquez, inubicable desde hace una semana. Es Félix Isisola Villalobos, nueve veces campeón mundial de lucha libre y, desde 2017, presidente de la Federación Peruana de Lucha Libre Amateur.

“Lo conozco desde chiquito, a él y a su familia —reconoce Isisola—. El día del incidente (Paolo) me llamó y me dijo: Félix, ha sucedido una desgracia. Le recomendé que se ponga a derecho: comunícate con un abogado y ponte a derecho, compare, anda a la comisaría más cercana y que te lleven a la de Bellavista. Eran las 2.00 a. m.”

Recibido como oficial de la Policía en enero de 1987, Isisola se considera un defensor de la mujer. Aunque al día de hoy es, digamos, el vocero de un presunto feminicida (“le he pedido a su familia que así sea A o B no lo digan ellos sino yo”).

La polémica, desde luego, sorprende a Ingrid, la hermana de la víctima, que soslaya el principio de inocencia.

—Hay algo puntual: este asesino se ha comunicado con el señor Félix, pero (la Policía) no ha hecho registro satelital ni se le ha pedido el registro de llamadas.

Algo que el Ministerio de la Mujer y Poblaciones solicitó para Jannette junto a la recuperación de los videos de la cámara de seguridad de la zona y del hostal, y las pericias de ADN que permitan confirmar la identidad del agresor.

—Y esto no es lo único: Félix nos dice que nos está ayudando, pero su hija prácticamente hizo una campaña en defensa de Paolo.

Las pruebas que Ingrid muestra a La República son screenshots: los tuits de la joven y un mensaje enviado a su hermano. Reconoce ser hija de Félix Isisola y pide disculpas.

—Me parece que hay algo detrás de todo esto. No me importa decir nombres. Yo quiero justicia. Nadie me va a devolver a mi hermana, pero quiero justicia.

Después Ingrid habla sobre una foto crucial: “Se ve a mi hermana desde otro ángulo, pero esa imagen no consta en el expediente. Se la enviaron a mi cuñado. Me pregunto por qué aparece así, de esa forma”.

Suspira y dice que, junto a la abogada de la familia, está preparada para “lo peor”.

—Vamos a atravesar más vicisitudes, pero estoy preparada. Es un asesino y debe pagar.

“Busco transparencia”: Félix Isisola sobre caso Jannette Mallqui

A través de un juego de llamadas, Félix Isisola supo que Jannette, la excampeona, estaba muerta. Estos son algunos extractos de una entrevista con La República.

“Me llamó su hermano. No puede ser, dije, cómo que Jannette está muerta. Me confirmó que había estado con Paolo (desde la mañana en ese hostal), lo llamé, pero no contestó”.

Cuando Eduardo Paolo Barboza Márquez por fin respondió, ya se sabe, reconoció la “desgracia”, e Isisola le recomendó que se pusiera a disposición, aunque incumplió.

“El coronel PNP Marco Cuadros, jefe de la Divincri Callao, me llama y me dice: Félix, tienes el problemita del supuesto feminicidio. Coordina para que se entregue (el acusado). Le dije: ok, mi coronel”.

“Dentro de los términos legales, la entrega (de Paolo) sería el lunes (18 de mayo) al mediodía, pero la familia se negó hasta que saliera el examen toxicológico (para saber) si consumió o no droga. Estaba todo listo, hasta llamé a la prensa”.

“Tenemos claro, sí, que el fallecimiento fue por traumatismo encéfalo craneano”.

Entonces, Félix Isisola hizo una declaración de juez y parte sobre la polémica de las sustancias ilícitas.

“Puedo poner mis manos al fuego por que Jannette Mallqui nunca ha consumido cocaína. Su etapa deportiva es intachable. Ella dejó de competir; si por A o B motivo quiso, de repente, experimentar sensaciones nuevas, no se puede dañar toda la imagen que tuvo para el Perú".

Dijo, además, que ante todo buscaba “transparencia”.

Horas después de esta conversación, el Ministerio Público solicitó detención preliminar para Eduardo Paolo Barboza Márquez. En un tuit, el organismo apuntó que, de hallarse culpable, recibiría una pena no menor de veinte años.