Hugo Dalbosco: "La posverdad: La sociedad de la Tierra plana y de Alan García vivo”

Fiorella Montaño

Hugo Luis Dalbosco es un especialista de la Universidad Católica Argentina. Dio una conferencia sobre posverdad y noticias falsas en la Universidad Católica San Pablo de Arequipa. En esta entrevista desmenuza este fenómeno, el engaño o autoengaño que se inflige la sociedad con el consumo de información falsa.

¿Cuál es la relación entre la política y posverdad? ¿Es beneficiosa para la mala política?

El político la puede usar para manipular. El término se genera como consecuencia de la manipulación de George Bush: el atentado a las Torres Gemelas le sirvió para atacar el Medio Oriente. Ahí se origina el término. Después se refresca con el ascenso de Trump a la presidencia. Todo lo que sea manipulación es beneficioso, en un sentido maquiavélico, para el político. De otro lado, la posverdad se convirtió en un refugio de la gente común. Estos, para protegerse, prefieren reemplazar los hechos con las creencias y sentimientos. No les interesa la verdad de los hechos porque esta puede ser dura. Entonces los hechos consoladores reemplazan a la verdad.

¿Cuál es su impacto en la realidad?

Es negativo. La posverdad no es verdad. Es muy difícil construir algo sobre la posverdad. Sobre la no verdad se construye el poder y el poder es peligroso.

La posverdad es tan común que hay iniciativas mundiales para combatirla.

Sí, porque la posverdad pega sobre los medios de comunicación. En la idea clásica, la libertad de prensa significaba pluralismo. Contemporáneamente, ahora las noticias se construyen con una intencionalidad que pone en cuestión la idea misma de la libertad de prensa. Los medios son una empresa con objetivos propios y subordinan la construcción de la verdad a esos objetivos. También eso se cuestiona.

¿Cómo se explica la proliferación de la posverdad que circula, sobre todo en las redes sociales?

Con la posverdad a nadie le interesa la verdad. Toda la modernidad surgida a partir del paradigma científico de probar las cosas, con la posmodernidad dejó de importar. ¿Por qué? Por varias cosas. Por ejemplo, Vattimo dice que la verdad siempre está asociada a alguna forma de poder, porque hay una autoridad detrás de la verdad. O está la autoridad del científico, o la autoridad de la razón o la autoridad de Dios, el papa o quien sea. Toda verdad necesita del respaldo de cierto poder. Pero cuando la verdad es una construcción del poder, eso se vuelve contra el individuo. Entonces la reacción del individuo es la indiferencia. No interesa la verdad, prefiere vivir tranquilo a costa de algunas ignorancias.

Hay noticias que por muy inverosímiles que parezcan son creídas por muchos. Por ejemplo, varios sostienen que el expresidente García no se suicidó y está vivo en algún lado.

Sí, lo mismo pasó en Argentina hace 20 años con el suicidio de un empresario acusado de corrupción. Todavía hay gente que sostiene que está vivo. También hay un caso más gracioso: la sociedad de la Tierra plana. Sostienen que la tierra es plana, contra toda evidencia. Es un poco grotesco el tema, pero si podemos llegar a tener una sociedad de la Tierra plana, podemos llegar a creer que Alan García no se suicidó y que está vivo. Esto ocurre porque no nos interesa la verdad. Nos interesa nuestras creencias, con ellas estamos satisfechos.

¿Por qué la sociedad posmoderna ha contribuido al fortalecimiento de la posverdad?

Todas las certezas de la modernidad cayeron. Entonces la verdad, que para la modernidad eran los hechos, ha sido reestructurada y deconstruida en la posmodernidad.

¿Se puede hacer frente a la posverdad?

Hay un dicho popular que no deja de ser cierto: "Finalmente termina imponiéndose la verdad". Hay gente que a pesar de tener la evidencia, como el caso de este empresario, cuyas vísceras están guardadas en un frasco, aun así no creen en la evidencia. Finalmente, la verdad termina imponiéndose.

Porque hay estructuras e instituciones que la avalan.

Exactamente y porque además, lo contrario de la verdad es la mentira y el engaño. La posverdad es una suerte de autoengaño. Algo que no es, no tiene entidad, y algo que sí es verdad tiene entidad.

¿La posverdad es más fuerte por la pérdida de credibilidad de los medios o es que la posverdad está afectando la credibilidad?

Hay un ida y vuelta. Como los medios han pasado a ser empresas o media medios con muchas ramificaciones y han violado las barreras de la objetividad, eso minó su credibilidad. Una forma de protegerse es perder la fe en la objetividad de los medios y refugiarse en la fe construida.

Bajo el pilar de la libertad de expresión, muchos difunden noticias falsas.

Hay un artículo de una filósofa argentina que acuña el término verdaderismo, que sería una especie de contracara de la posverdad. Es una forma de eludir la duda pero basada en la autoevidencia y autoreferencia. Es decir, sin la constatación. Muchas de estas fake news parten del verdaderismo. Toman una posición basada en su propia percepción de lo que debe ser la realidad, frente a la cual todas las otras percepciones son falsas y eso trae como consecuencia que muchas de estas fake news estén basadas en alguna suerte de pensamiento único. Es decir, que hay una sola forma de ver las cosas, que es la que vemos nosotros. Y después está el tema de que la percepción autoreferencial es producto de la ideología; es decir, yo digo que los otros perciben las cosas desde el punto ideológico y la mía no lo es, cuando en realidad sí lo es.