Beneficiario de Beca 18 con autismo publica su primer poemario
El joven, de 22 años de edad, cursa el quinto ciclo de Medicina Veterinaria y Zootecnia.
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Alex Chang Llerena, de 22 años de edad, es un joven beneficiario de Beca 18 quien se encuentra cursando el quinto ciclo de la carrera de Medicina Veterinaria y Zootecnia en la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH). El estudiante, quien fue diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista (TEA), recientemente también ha publicado su primer poemario.
“La poesía me salvó de la soledad, que es una característica de quienes tenemos autismo. Al escribir siento paz, pero algunas veces también una tristeza cargada, como una angustia. Escribir esas emociones, o declamar cuando ya las hice poemas, me devuelven la tranquilidad y me enfocan en lo que quiero para mí, en ser un buen hijo y darle más alegrías a mi familia, como cuando gané Beca 18”, asegura el joven.
La presentación oficial del poemario Entropía será el 29 de agosto, a las 8:00 de la noche, en el auditorio Culturaymi del Parque de la Exposición, ubicado en el Cercado de Lima, según informó Andina.
“Entropía tiene 30 de los 100 poemas que he escrito en los últimos dos años’’, cuenta el joven. Uno de estos se llama Discapacidad no es incapacidad, y en cuatro versos pide, a quien lo lee, no dejarse derrotar por las limitaciones o pesimismo.
“La mente derrota lo imposible.
El obstáculo se torna posibilidad.
Mente poderosa que destruye barreras.
Ideas que nacen para elevar la mente.
(…)
Fortalecer la mente es destruir el mal”.
Alex tenía cinco años cuando le diagnosticaron TEA y fibromialgia, un dolor recurrente en los músculos, ligamentos y tendones. Tiempo después él aprendió a leer y escribir en su casa, gracias a las clases que le brindó Berta, una docente de Educación Especial.
La rutina diaria de los siguientes tres años incluyó largas sesiones de terapia en el Hospital de Rehabilitación del Callao, así como clases de escritura y dibujo, en las cuales Berta celebraba cada avance del menor.
A los ocho años, cuando lo aceptaron en el colegio, ya admiraba las buenas historias. En esos años también fue descubriendo autores peruanos como Palma, Vallejo, Chocano y, sobre todo, Valdelomar. Con el cuento El Caballero Carmelo comenzó a conocer lo que sería su vocación: ayudar a los animales.
“Leí El Caballero Carmelo y me encariñé tanto con el personaje, que me puse muy triste cuando murió. Así que le pedí a mi mamá un gallo, pero no para hacerlo pelear, sino para que se quede conmigo hasta su vejez’’, recuerda. Cuidar de este animal fue lo que lo llevó a elegir la carrera que ahora sigue. Alex también cría tres perros: Tobi, Cirilo y Pompón.
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