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Sociedad

La Molina: padre rescató a su hija de unos secuestradores

Final feliz. Empresario textil Mario Fernández se convirtió en héroe al salvar a su hija que había sido plagiada por tres hampones.

Por: Óscar Chumpitaz C.

No lo dudó. Solo pensó en salvar a Camila. Un empresario textil rescató ayer a su hija que había sido secuestrada por tres delincuentes, al parecer extranjeros, en una calle de La Molina. La joven, una universitaria que regresaba sola a su casa, fue víctima de los hampones que interceptaron su automóvil.

Camila Fernández Naguchi (20) conducía su auto Audi AXT-140 cuando fue interceptada por tres sujetos armados que la amenazaron y secuestraron poco después de la medianoche en el cruce de la avenida Elías Aparicio con La Molina, en la urbanización Rinconada Alta.

Con la estudiante a su merced, los malhechores llamaron a los padres de la joven para exigirles una fuerte suma a cambio de su liberación.

Quedaron en una zona de Lince. A pesar del drama que les tocó vivir, Suetsugu Naguchi logró comunicar lo sucedido a un supervisor del serenazgo que retornaba de abastecer combustible, mientras su esposo, Mario Fernández Miura, salía a pagar el rescate de su hija.

Momentos dramáticos

Mario Fernández se dirigía por la Av. Raúl Ferrero al encuentro de los secuestradores, en su camioneta ANR-221, y cuando llegó a la cuadra 7 de esa avenida decidió cerrarles el paso.

Los delincuentes, sin saber qué hacer, descendieron disparando.

Uno de los proyectiles impactó en la unidad móvil 44 de la municipalidad de La Molina, que conducía Raynaldo del Carmen Ramos.

Al notar que se acercaban otras unidades del serenazgo, los hampones dejaron a la joven y robaron el auto F3U-052, perteneciente al taxista Henry Romero Saavedra, quien fue amenazado de muerte.

“Me apuntaron con sus armas y me bajaron a la fuerza. Todos eran jóvenes y tenían acento extranjero”, dijo el agraviado. Horas después, la Policía encontró su vehículo.

“Instinto de padre”

“Cuando los intercepté, por un instinto de padre, descendí de mi carro y subí al Audi donde estaba mi hija. Fue un momento muy difícil, pero ya estaba con ella y eso era lo más importante. Luego, al escuchar las sirenas, bajaron efectuando disparos y escaparon”, narró Mario Fernández tras agradecer a los miembros del serenazgo.

Luego vinieron los abrazos, gritos y risas en la casa de los Fernández Naguchi. Camila volvía sana y salva. No se pagó rescate alguno pese a que la familia intentó negociar sin intervención policial.

La Policía venía analizando hasta anoche algunos videos de las cámaras de seguridad de la zona para identificar a los secuestradores.

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