3 de cada 10 adolescentes ve porno para aprender sobre sexualidad
Un informe de Save The Children reveló que, ante la falta de educación sexual integral, algunos menores dijeron que consumen este tipo de contenidos para informarse sobre sexualidad.
Cada vez son más los menores de edad que tienen acceso a internet de forma deliberada. A tal punto que, hoy en día, 7 de cada 10 adolescentes (68,2%) empiezan a ver pornografía desde los 12 años, según un estudio de Save The Children.
De acuerdo al informe (Des)información sexual: pornografía y adolescencia, los grupos de amigos son clave para la iniciación del consumo de este tipo de contenido: el 51,2% accede mediante el intercambio entre sus amistades de fotos o vídeos por WhatsApp o redes sociales.
También existen otras realidades entre los y las adolescentes: para un 28,5% (principalmente chicos), la primera toma de contacto responde a una búsqueda activa, mientras que un 17,4% (en su mayoría chicas), se ha encontrado con estos contenidos de forma accidental mientras navegaba por Internet.
Falta de educación sexual
En la mayoría de casos, la principal razón que los lleva a consumir y buscar ver pornografía es por la falta de información. De hecho, el 50% de las familias dijeron sentirse incómodos de hablar sobre sexo con sus hijos(as), de acuerdo a una encuesta de Platanomelon.
Por ello, no es casualidad que 3 de cada 10 adolescentes (30%) asegure que el porno es su principal recurso para aprender sobre sexualidad. Esto quiere decir que estos contenidos sustituyen la educación sexual que deberían recibir.
Prácticas nocivas
La investigación que ha contado con la participación de 1.753 chicos y chicas, de entre 13 y 17 años, reveló también que, quienes consumen con más frecuencia pornografía, el 36,8% no diferencia entre la ficción de las escenas y sus propias experiencias sexuales, así como el 38% no encuentra en ella desigualdad y premia los vídeos en los que existen jerarquías de poder.
Otro alarmante dato que se halló es que el 27,1% de las menores no sabe identificar prácticas de riesgo, como es el caso de la ausencia de preservativo en las relaciones sexuales.