Ni se ‘homosexualiza’ ni es hablar solo de sexo: siete falsos mitos sobre la educación sexual integral
La integración de la educación sexual integral en el Currículo Nacional, que tiene enfoque de género, ha generado gran debate; sin embargo, qué es y no lo que propone este programa. La República conversó con expertas para derribar los mitos sobre la ESI.
La educación sexual es uno de los temas más demandantes en el Perú y uno de los derechos que más se le ha negado a niños, niñas y adolescentes. “El cumplimiento de los derechos sexuales y reproductivos es un desafío que compartimos la mayoría de países de América Latina”, resalta Carmen Murguía, analista del Programa Adolescencia y Juventud del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) Perú.
Si bien el gobierno peruano promulgó en 2008 los lineamientos de la Educación Sexual Integral (ESI), y posteriormente el Ministerio de Educación (Minedu) los actualizó para integrarlos al Currículo Nacional de Educación Básica del 2016, aún existen trabas para su plena ejecución y, por consiguiente, las necesidades de los y las adolescentes siguen sin ser cubiertas.
Las estadísticas lo demuestran: la tasa de embarazos adolescentes en el Perú sigue estancada en el 13% desde hace 30 años, siendo las que habitan en zonas rurales las más vulnerables (23%), según el último informe del UNFPA Perú. En tanto, el Minsa informó que en 2019, el 41% de los nacimientos prematuros lo tuvieron mujeres de 12 a 17 años, así como el 44% de mujeres peruanas indicó no usar ningún método anticonceptivo.
A pesar de estas alarmantes cifras, grupos conservadores fundamentalistas y algunos políticos se han encargado de desinformar y atacar la ESI. Por ello, junto a expertas, explicamos su importancia y la verdad detrás de los mitos más comunes.
¿Qué es la educación sexual integral?
La Unesco indica que la Educación Sexual Integral es un conjunto de enseñanzas y aprendizajes “acerca de los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y sociales de la sexualidad”, a fin de que niños, niñas y adolescentes tengan capacidades, habilidades y actitudes para cuidar su salud y desarrollarse plenamente.
“Se enfatiza en lo ‘integral’ debido a que la educación sexual por mucho tiempo estuvo enfocada en la abstinencia, y no tomaban en cuenta que la sexualidad la siguen experimentando en el día a día”, explica Murguía a La República.
Ni se ‘homosexualiza’ ni es hablar solo de sexo: siete falsos mitos sobre la educación sexual integral
Mitos sobre la educación sexual integral
1. La educación sexual es hablar sobre sexo
La educación sexual integral va mucho más allá del sexo, asegura la especialista. “No es solo ver el tema biológico, sino también el aspecto psicoafectivo”, pues según los estándares internacionales propuestos por la Unesco, la ESI permite a los estudiantes desde muy pequeños conocer y cuidar sus cuerpos, tener relaciones emocionales positivas, rechazar los estereotipos de género, respetar las identidades y orientaciones sexuales de los otros. Mientras que en tercero de secundaria, sostiene Murguía, el Minedu recién impulsa programas de prevención de embarazos no deseados.
2. La educación sexual promueve el aborto
En los lineamientos de educación sexual integral que propone el Ministerio, el aborto no figura. Sin embargo, Angélica Motta, antropóloga especializada en género y sexualidad, afirma a este diario que no habría problema si estuviera presente el tema porque en los estándares internacionales se plantea tratar la interrupción del embarazo no para “promoverlo”, sino más bien para verla como una realidad que enfrentan miles de mujeres.
“Lo ideal es que las personas tengan la información vinculada al derecho de la capacidad de decidir. No es una imposición o promoción del aborto como método anticonceptivo”, precisa.
Adolescentes decidieron continuar con embarazo
De acuerdo a las leyes peruanas, el único tipo de aborto legal que se explicaría en clases de ESI sería el terapéutico. “Se reflexiona sobre el tema de forma gradual de acuerdo a la edad”, puntualiza Motta, ya que esta es una de las características esenciales de la educación sexual integral.
3. La educación sexual estimula la iniciación sexual temprana
No. “La educación sexual, prácticamente, es un factor protector para postergar el inicio sexual”, enfatiza la representante de UNFPA Perú, ya que los jóvenes que reciben una adecuada ESI, son conscientes de que su proyecto de vida puede verse limitado por un embarazo no planificado.
4. La educación sexual ‘homosexualiza’ a los escolares
Es uno de los falsos mitos más comunes sobre la ESI. “La ‘homosexualización’ es un miedo irracional e inconsciente que no tiene ninguna evidencia científica porque no es algo que se ‘pega’”, precisa Carmen Murguía.
De acuerdo a la Asociación Americana de Psicología, la orientación sexual es resultado de una “interacción compleja de factores biológicos, cognitivos y del entorno”, por lo que no se puede elegir ni cambiar de un momento a otro. Es más, tampoco se trata de ‘curar’ porque ya la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó en 1990 la homosexualidad del Catálogo Internacional de Enfermedades, y afirma que más bien se trata de una variación de la sexualidad.
lgtb
Por el contrario, la ESI está en contra de la discriminación a la comunidad LGTB. Carmen Murguía argumenta que este programa educativo apunta a que los estudiantes, desde muy pequeños, aprendan a convivir con la diversidad porque “esas identidades y subjetividades son únicas y particulares en cada persona”. De tal manera, que también se busca evitar el bullying homofóbico y/o transfóbico.
5. La ESI promueve la masturbación y los juegos eróticos entre niños
Durante la campaña de las elecciones congresales 2020, la exparlamentaria Rosa Bartra causó polémica por dos comentarios: “El Gobierno solo se preocupa por enseñar a las niñas que empoderarse es masturbarse” y “en el colegio le ponen recursos audiovisuales en los cuales los estimulan a probar los 50 objetos sexuales como navajas y tornillos”.
Para la antropóloga, el objetivo de la divulgación de estos “argumentos descabellados” sobre la educación sexual fue provocar “pánico sexual”, porque saben que este tema preocupa a los padres de familia. De esta manera, la especialista precisa que los políticos con esta posición desean presentarse como “salvadores”.
La verdad detrás de esto, según Motta, es que la ESI enseña el cuidado y conocimiento del cuerpo. Por eso, los estándares internacionales mencionan a la masturbación como un tema a tratar entre los nueve y 12 años. Es en ese entonces que se les dice a los chicos y chicas que masturbarse no produce problemas físicos ni psicológicos.
6. No es prioritario incluir al Currículo Nacional la ESI pues no contribuye con el desempeño de los estudiantes
Frente a los índices altos de embarazos adolescentes y violencia de género, “la ESI es una de las políticas públicas que tiene mayor potencial para cambiar el panorama”, afirma la experta en sexualidad.
Por ello, considera que este programa educativo - debido a que se enseña el cuidado del cuerpo - previene en el futuro los embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual. Además que el enfoque de género al estar integrado en el Currículo Nacional, promueve el respeto hacia las diversidades y el cuestionamiento a los roles y estereotipos de género.
7. La sexualidad es un tema íntimo
En el Currículo Nacional se propone que la educación sexual integral sea un trabajo en conjunto de padres de familia y la escuela. Carmen Murguía y Angélica Mota coinciden en que, la mayoría de ocasiones, el escolar recibe mensajes de superioridad masculina en casas, por lo que las instituciones educativas -aplicando el enfoque de género - ayudarán a contrarrestar estas actitudes.