Redondear la tarea

El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) se empeñan al alimón en suministrar salidas económicas para apoyar a las personas y a las empresas en esta difícil situación; de hecho, en medio de las crisis son dos instituciones que convocan un alto grado de confianza, junto con otras del Gobierno Central.

El MEF está liderado por una generación de especialistas jóvenes y aguerridos que están dando la talla en esta desafiante etapa. Su misma titular, subestimada gratuitamente a causa de su edad cuando fue designada en el cargo, exhibe un desempeño notable en la crisis, caracterizándose por la rapidez y el pragmatismo de sus decisiones o la adecuación de otras decisiones sobre la marcha. De hecho, el Perú ha sido el primer país de la región que ha entregado un bono directo a millones de pobres y en subsidiar una parte del salario privado de quienes ganan menos de 1500 soles.

El BCR ha reaccionado con madurez y experiencia. En su trabajo inciden decisivamente los largos años de servicio de sus cargos más importantes. A pesar de ello, arrastra el problema de la composición de su directorio, al que el fujiaprismo introdujo abusivamente a dos integrantes que carecían de calificaciones políticas y técnicas, y cuya presencia ahora mismo constituye un riesgo de cara al mediano plazo de esta crisis.

Uno de los cuestionados integrantes se burló de las primeras medidas de emergencia dictadas por el Gobierno y se hizo eco de comentarios impropios respecto a la gravedad de la situación que atravesamos, para confesar días después que había contraído el coronavirus en un contexto de escasa responsabilidad, de acuerdo a las denuncias de trabajadores del Aeropuerto de Talara. Con esos antecedentes, es increíble que continúe en tan delicada responsabilidad. El otro integrante cuestionado afronta un proceso por la falsificación de los audios del año 2016 y es investigado por lavado de activos, fraude procesal y falsificación.

Durante la campaña electoral reciente, varios grupos incluyeron dentro de su oferta electoral la destitución de estos funcionarios. Uno de ellos prometió alejarse de la institución cuyo desarrollo perturba, aunque nuevamente se aferra a una responsabilidad para la que carece de competencias e idoneidad. En este punto, es conveniente que el Congreso cumpla con su función de control político y repare a la brevedad los abusos del Parlamento obstruccionista. En los próximos meses necesitamos de instituciones muy sólidas y sin aristas y debilidades.