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Comprando votos

“Para Keiko Fujimori la cosa es más complicada, en cuanto aparece recibiendo dinero a la mano, algo que ella ha venido negando frente a la acusación de lavado de activos”.

MIRKO
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El testimonio de Dionisio Romero Paoletti sobre dinero entregado a Keiko Fujimori ha removido aguas antiguas y nuevas. Los millones entregados directamente a la candidata de inmediato evocan el dinero que su padre Dionisio Romero Seminario reconoció haber dado a los tres principales partidos en las elecciones de 1985 (en beneficio de “los candidatos en los que creemos”).

Lo de Romero Seminario, una entrega discreta bajo un manto de imparcialidad, fue visto como parte de una práctica habitual de apoyo a la democracia. Alan García rechazó haber recibido ese dinero, pero no hubo gran escándalo en torno al tema, que rápido pasó a la pequeña historia de la política. Unos tres decenios más tarde las cosas han cambiado radicalmente.

El argumento del hijo se parece al del padre, pero no es igual. El dinero para Keiko Fujimori está directamente orientado a influir en las elecciones del 2011, ante lo que se percibe como un peligro de que el chavismo tome el país. En cierto modo ya no estamos ante un mecenas de la democracia electoral, sino ante una suerte de empresario vuelto socio político del fujimorismo.

El panorama de los donativos de empresarios a candidatos ha cambiado radicalmente en la estela del caso Odebrecht, con personas de los dos grupos comprometidas en sonados casos penales. Cuando Romero Paoletti hace su donación, ya Alberto Fujimori está preso por diversos delitos, pero el caso Odebrecht todavía no había alcanzado a un solo empresario prominente.

Romero Paoletti quizás podrá beneficiarse de haber actuado dentro de una tradición de financiamiento de candidatos que se remonta al siglo XIX. Aunque aun si logra evitar consecuencias penales, es poco probable que logre salir tan limpio como lo hizo su padre. Hay un descrédito y una mala prensa que lo van a acompañar por un buen rato.

Para Keiko Fujimori la cosa es más complicada, en cuanto aparece recibiendo dinero a la mano, algo que ella ha venido negando frente a la acusación de lavado de activos. Luego está la posibilidad de que más instituciones financieras y ricos particulares se hayan caído con aportes importantes. Por lo pronto todo esto dificulta una excarcelación temprana.

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