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Política

Sobre idiotas y caneros

“Eso es el fujiaprismo. Un tumor maligno. Las próximas elecciones convocadas por “el tirano” son nuestra mejor oportunidad para extirparlo”.

Pedro Salinas
Pedro Salinas

El primer gobierno de Alan García y el asedio senderista le dejó tal desazón a muchos ciudadanos peruanos que estos llegaron a sentir que corrupción y democracia eran sinónimos. Ello propició el terreno para el zarpazo de Fujimori en 1992. El resultado de ello lo conocemos todos. O casi todos, mejor dicho. Fujimori y sus secuaces, Montesinos y una gavilla de impresentables, es decir, se levantaron el país en peso y dinamitaron todas las instituciones por dentro y las cooptaron. Y a la libertad de prensa le pasaron un Caterpillar por encima. Sin asco.

Y digo casi, porque hay un pequeño grupo de pastrulos mediáticos, pertenecientes a lo que Juan Carlos Tafur bautizó hace tiempo como la Derecha Bruta y Achorada (DBA), para quienes la verdad parece tan inasequible como el esperanto. O el arameo, da igual. Y es que esta gente es de risa, ya saben. Pues lanzan cada cosa que, si me apuran, no sé si interpretar como estupideces a secas o como extractos del libreto de alguna película de Ed Wood.

Porque a ver. Ahora resulta que, quienes jamás salieron en su momento a defender la democracia, se ufanan ahora de paladines del Estado de Derecho, como si tuvieran un conocimiento enciclopédico sobre tópicos constitucionales, y sermonean desde sus púlpitos de papel que Martín Vizcarra es la encarnación de Nicolás Maduro y que desde el 30 de septiembre se instauró en el Perú una tiranía. Y que blibliblí y que blablablá.

“Dicen los idiotas que el chavismo está detrás de Vizcarra”, escribió César Hildebrandt la semana pasada. Y luego se preguntó: “¿Será cierto que en el Perú hasta las moscas se acojudan? No lo sé a ciencia cierta. Lo que sí sé es que si Vizcarra es un dictador estaríamos hablando del dictador más cojudo del globo terráqueo”.

Tal cual. Vizcarra disolvió el Congreso con las herramientas que le brindó la Constitución actual, para librarnos de los aprofujimoristas, esos personajes parecidos a los caneros, aquellos agresivos peces amazónicos que se introducen en el organismo a través de sus orificios, para luego instalarse y vivir como parásitos hasta devastar el cuerpo humano.

Porque eso es el fujiaprismo. Un tumor maligno. Las próximas elecciones convocadas por “el tirano” son nuestra mejor oportunidad para extirparlo.

Periodista y escritor. Ha conducido y dirigido diversos programas de radio y tv. Es autor de una decena de libros, entre los que destaca Mitad monjes, mitad soldados (Planeta, 2015), en coautoría con Paola Ugaz. Columna semanal en La República, y una videocolumna diaria en el portal La Mula.