Manifiesto del teatro La Plaza
El proyecto que lidera Chela De Ferrari contra la exclusión.
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Que el teatro es un instrumento potente contra la indiferencia frente a lo que pasa en el país, lo cual legitima la injusticia y la desigualdad, lo demuestra, desde hace 16 años, el Teatro La Plaza con un proyecto inestimable en una sociedad en la que es difícil construir identidad.
Su directora artística, Chela De Ferrari, quien conduce uno de los esfuerzos más valiosos que se han hecho en el Perú para que el teatro no reproduzca y, más bien, confronte las diferentes formas de discriminación que ocurren en nuestra sociedad, lo que genera una visión sesgada del entendimiento del mundo, presentó el martes, en la inauguración de la sétima edición del Festival de Teatro Sala de Parto, actualmente en proceso, el Manifiesto, que guía al valioso equipo que conduce, y que me parece importante compartirlo con los lectores de esta modesta columna.
De cara a nuestros próximos años, desde nuestra plataforma seguiremos trabajando para: 1. Desarrollar una comunidad que reúna a artistas y público de todas las edades, y de la que nadie se sienta excluida/o. 2. Promover creaciones escénicas de dramaturgia peruana que cuenten con procesos más exhaustivos de investigación y consulta. 3. Crear más espacios para la formación de creadoras/es escénicas/os. 4. Abrir nuestras puertas a comunidades históricamente silenciadas, y que paradójicamente forman parte de una mayoría, para que puedan ser escuchadas desde sus propias voces. 5. Impulsar creaciones escénicas con y para adolescentes. 6. Crecer de la mano de nuestro programa Punto de encuentro, que reúne a gestoras/es culturales de todo el país, para ir saliendo de nuestra burbuja. 7. Apoyar la búsqueda de nuevos lenguajes y formas de creación escénica. Experimentar más. 8. Canalizar nuestros esfuerzos a través de cada proyecto, para la construcción de ciudadanía en nuestro país.
Esperamos contar con: 1. Un público que acompañe nuestro viaje y esté dispuesto a correr riesgos con nosotros. 2. Los recursos necesarios para correr esos riesgos. 3. La sabiduría para reducir nuestras incoherencias y contradicciones. 4. Una comunidad activa que cuestione constructivamente nuestros errores. 5. Un equipo que ante la adversidad redoble la apuesta.
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