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Política

Vacancia previa

Un guion en ejecución.

Editorial
Editorial

De a pocos asoma la vacancia del presidente de la República como una estrategia del fujimorismo y sus aliados. A esta medida empiezan a referirse de modo abierto los principales voceros de Fuerza Popular. Si hace dos semanas la vocera oficial de la bancada, Milagros Salazar, sostenía que esta posibilidad “no está en agenda”, las recientes declaraciones de líderes fujimoristas indican que ya fue incluida en la agenda.

De acuerdo al precedente de la primera moción de vacancia, no es necesario que las bancadas decidan expresa y solemnemente impulsarla. Solo hace falta que un grupo de legisladores supuestamente atrevidos presente una moción y que luego, en apariencia forzados por los hechos, las bancadas resuelvan respaldarla.

Por supuesto que no hay razones idóneas para retirar al presidente de su cargo. Se trataría de una operación preventiva de la mayoría parlamentaria y de sus aliados acusados de corrupción para evitar la presentación de la cuestión de confianza, o que enrede su debate, y que pretenda la eliminación política del adversario para archivar en un paso siguiente la propuesta del adelanto de elecciones y cortar en seco la lucha contra la corrupción.

La táctica que ejecuta el presidente del Congreso, figuradamente por un lado distinto, pertenece al mismo guion. La exigencia de diálogo a gritos, sazonada con críticas personales al jefe del Estado –en base a una agenda irreal que convierte al titular del Parlamento en un cogobernante–, intenta demorar la cuestión de confianza, deslegitimar al Gobierno y forzar una ruptura abierta entre los dos poderes.

Esta operación se ha visto asistida de modo inestimable con la reactivación del caso Chinchero en el que con facilidad se pasa de las investigaciones a las conclusiones respecto al papel del presidente Vizcarra, lo que no constan en el expediente. El uso de este caso para evitar el adelanto de elecciones alcanza niveles surrealistas a través de campañas mediáticas como en las mejores épocas de la prensa alquilada a Fujimori y Montesinos.

El desarrollo de un guion para la vacancia presidencial implica la concentración de fuerzas, medios e intereses. Supone que sus inspiradores y ejecutores están convencidos de que poseen los instrumentos adecuados para lograrlo, especialmente los votos necesarios en el Congreso. Sus cálculos, sin embargo, no son acabados; creen que la opinión pública se quedará con los brazos cruzados frente a una operación combinada de personajes e instituciones desprestigiadas e investigadas.